El 15 de enero se produjo un derrame de petróleo en las playas de Ventanilla, situadas en la costa peruana. Sucedió durante el proceso de descarga de un buque petrolero en la refinería La Pampilla, operada por Repsol. El accidente lo causó el fuerte oleaje tras la erupción del volcán Tonga. Se han vertido 6.000 barriles de petróleo (954 toneladas), lo que hace de este uno de los desastres ambientales más graves de los últimos años en Perú. Según los denunciantes, las insuficientes medidas de contención de Repsol se han cobrado ya 18.000 metros cuadrados de costa. Se han visto afectados varios ecosistemas y han hecho impracticable la pesca artesanal de la que dependen más de 500 pescadores de la zona.
Ecologistas en Acción exige que Repsol asuma su responsabilidad y compense a la población local por el derrame de petróleo. "La compañía no debe escatimar en gastos para revertir lo antes posible la situación, a pesar de que muchos de los daños a las reservas naturales serán ya irreparables", señala la organización ecologista, que se suma a las demandas de Movimiento Ciudadano Frente al Cambio Climático de Perú (MOCICC), que exige que Repsol haga público su Plan de Contingencia y rinda cuentas por la ineficacia de las medidas de contención desplegadas.
Versión de Repsol
La versión de los hechos de la petrolera es que la descarga de petróleo había comenzado el día anterior a la erupción, el 14 de enero. Al día siguiente los operadores de la refinería consultaron a la Marina de Guerra peruana y le pidieron confirmación acerca de la alerta en las costas para Perú. La Marina no dio la alerta y prosiguió con la descarga. Tras el incidente debido a las fuertes olas, la refinería desestimó el alcance del desastre comunicando inicialmente a las autoridades un vertido de 0,16 barriles (25 litros), según informa la OEFA. La portavoz de Repsol ha declarado: “Nosotros pensábamos que no había salido más, que había sido una cosa leve. El producto viajó por el fondo del mar y luego salió al día siguiente. En el instante en que lo sabemos ponemos todo en marcha”.
Ateniéndose a las declaraciones de la compañía, Ecologistas en Acción considera, sin embargo, que no se valoró el riesgo al alza, provocando la expansión de la zona afectada. añade que Repsol también debe explicar por qué la portavoz afirmó la necesidad de formar a nuevo personal para ampliar las labores de limpieza y contención. "Esto podría apuntar a que el protocolo de contingencia no contemplaba tal situación o no se disponía de un dispositivo de emergencia a la altura", señala la ONG.
Independientemente de que Repsol sugiera que no son culpables del desastre, según los artículos 1970 del Código Civil y 144 de la Ley General del Ambiente peruanos la responsabilidad de Repsol es objetiva: no necesita un factor de dolo o culpa a la hora de determinar su responsabilidad civil, afirman desde Ecologistas en Acción "El hecho de que trasladara materiales peligrosos es suficiente. Mientras Repsol evita ser identificado como culpable de cara a la opinión pública, los ecosistemas y la población de la zona ya han sufrido daños irreversibles por unas medidas que han resultado ineficaces".
Recuerdan, además, que este no es en absoluto un caso aislado. "Repsol tiene en Perú un amplio historial de impactos socioecológicos, denuncias de malas prácticas y violaciones de derechos humanos, siendo especialmente graves los impactos de su actividad de extracción de hidrocarburos en la región amazónica de Camisea", señalan al respecto.
El de las playas de Ventanilla es uno de muchos casos de vertidos de petróleo que ha sufrido Perú, entre ellos los más de 400 derrames que han afectado a la Amazonía peruana entre 2000 y 2019. Aunque la tendencia mundial de este tipo de accidentes es a la baja, los daños son muchas veces irreparables. En 2021 se produjeron cinco derrames de tamaño medio (7-700 toneladas) y uno de gran escala (más de 700 toneladas), al que hay que sumar el del pasado fin de semana en Perú. Ecologistas en Acción resalta que una economía basada en el petróleo y sus derivados es incompatible con la vida.