La causa de la avería ha sido una fuga en los accionadores hidráulicos de las barras de control, fundamentales para el control de la reacción nuclear. La función de este sistema -explican desde Ecologistas- es introducir dentro del núcleo del reactor los componentes necesarios para frenar, o parar si fuese necesario, la reacción nuclear. Estas barras de control absorben el flujo de neutrones y paran así la reacción en cadena entre los átomos de uranio que se fisionan cuando un reactor está produciendo electricidad. Pesan varias toneladas cada una y se introducen en los reactores de agua en ebullición (BWR) desde abajo mediante dispositivos hidráulicos, a diferencia de los reactores de agua a presión (PWR) en los que son introducidas desde arriba, y por tanto pueden bajarse por su propio peso en caso de emergencia y de falta de alimentación eléctrica.
¿Programada?
Según detalla Ecologistas en el comunicado que ha difundido hoy, "los operadores de la central calificaron de 'programada' esta nueva parada para disimular la gravedad del problema". Cuando se descubre la fuga en los accionadores de las barras de control, los propietarios de la central comunicaron al Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) su intención de paralizar Cofrentes en 48 horas para realizar tareas de mantenimiento. La organización ecologista sostiene que "estas fugas se han producido porque no se apretaron correctamente los tornillos de cierre de los accionadores durante la anterior parada para recarga: se aplicó un par de apriete erróneo en las operaciones de mantenimiento -denuncia Ecologistas-, dando muestras de un erróneo control de calidad en las operaciones que se realizan en Cofrentes".
La imprudencia de Iberdrola
Según esta oenegé, esta avería se suma a la rotura de una de las válvulas del sistema de refrigeración del núcleo, que se produjo "por la imprudencia de los propietarios, que se empeñaron en poner en marcha la central, a pesar de que había pruebas de que la válvula funcionaba mal". Ecologistas sostiene que la reparación de esta válvula alargó la parada de la central, y que, finalmente, Cofrentes volvió a entrar en funcionamiento (el 10 de diciembre) "sin que quedara clara la causa del fallo de la válvula". En ese sentido, la oenegé recuerda que Cofrentes tiene un historial de problemas con estos elevadores hidráulicos: en 2007 -apuntan los ecologistas-, la central tuvo que sustituir, en varias fases, todos estos sistemas hidráulicos por un problema de corrosión, un problema que fue calificado como "de origen desconocido" y del que "nunca se dio cumplida explicación pública".
Ecologistas avisa
En ese sentido, Ecologistas alerta: esa operación -la sustitución en varias fases de esos sistemas hidráulicos, afectados ellos por un problema de corrosión- "solo se ha llevado a cabo en el reactor de Cofrentes entre todos los del mundo, y no estaba contemplada [esa sustitución] en el diseño de este reactor". Por todo ello, esta organización, así como el Movimiento Ibérico Antinuclear y la plataforma Tanquem Cofrents exigen que se abra un expediente a los propietarios de la central "por una deficiente cultura de seguridad que ha motivado dos graves averías en esta última parada". Las tres organizaciones consideran que "esta reiteración de fallos y problemas gestionados a destiempo y la falta de rigor del Consejo de Seguridad Nuclear a la hora de exigir unos mínimos parámetros de control ponen en peligro la seguridad de una instalación tan peligrosa como la de Cofrentes".
El comunicado difundido hoy por los ecologistas concluye que "esta acumulación de averías e incidentes vuelve a demostrar que las instalaciones del parque nuclear español están envejecidas y deterioradas". Así, los ecologistas consideran que "Cofrentes debe cerrarse definitivamente al final del actual permiso de explotación o cuando las condiciones de falta de seguridad lo impongan".