Por un lado, dijo Cozzi, está el Escenario de Desarrollo Sostenible, que proporciona una estrategia integrada para lograr el acceso universal a la energía, la mejora de la calidad del aire y los objetivos climáticos, en la que todos los sectores y tecnologías de bajas emisiones de CO2 –incluida la captura, utilización y almacenamiento del gas– contribuyen a una amplia transformación de la energía mundial. En este escenario, las emisiones globales de CO2 relacionadas con la energía alcanzarán su valor máximo en 2020 y posteriormente irán descendiendo, “en línea con la senda requerida para alcanzar estos objetivos”.
El segundo escenario es menos halagüeño. Se trata del Escenario de Nuevas Políticas, que tiene en cuenta las políticas actuales y las nuevas medidas anunciadas por los gobiernos, mostrando una lenta tendencia ascendente de las emisiones de CO2 relacionadas con la energía de aquí a 2040. Una trayectoria que “nos alejaría de los objetivos establecidos en el Acuerdo de París” y “demuestra que las promesas nacionales expresadas por los países en el Acuerdo no son suficientes”.
En este segundo escenario, considerado el escenario central, la demanda de energía crecerá más de un 25% hasta 2040. Este aumento sería en torno a dos veces mayor de no ser por las mejoras continuas en eficiencia energética. Todo el crecimiento procederá de las economías en desarrollo, con India a la cabeza. La AIE estima que las inversiones necesarias en el suministro energético para cubrir esa demanda en 2040 serán de 42 billones de dólares.
“Más del 70% de estas inversiones mundiales en energía serán impulsadas por los gobiernos, por lo que sus decisiones, serán decisivas para determinar el modelo energético del futuro”, subrayó la experta de la AIE.
Ascenso imparable de las renovables
Las energías renovables se han convertido a nivel mundial en la tecnología de referencia y representarán casi dos tercios de la capacidad global a 2040, gracias a la reducción de sus costes y a las políticas gubernamentales de apoyo, según la Agencia. En este sentido, El WEO 2018 indica que las renovables y el carbón están cambiando su posición en el mix eléctrico: la proporción de generación a partir de las renovables asciende desde el 25% actual hasta cerca de un 40% en 2040.
Para Cozzi, “esta expansión proporcionará grandes beneficios ambientales, pero también importantes retos que los responsables políticos deben abordar con rapidez”. El aumento de las energías solar fotovoltaica y eólica urge a crear sistemas eléctricos flexibles, para mantener la seguridad en el suministro, sobre todo en algunos países de Europa, México, la India y China. Se requerirán reformas de mercado, inversiones en la red, mejoras en las tecnologías de gestión de la demanda, como medidores inteligentes, y tecnologías de almacenamiento de baterías.
Además, un mayor uso de la movilidad eléctrica, la calefacción eléctrica y el acceso a la electricidad podría aumentar la demanda de electricidad hasta el 90% en 2040, frente al 60% contemplado en el Escenario Nuevas Políticas, cifra que representaría casi el doble de la demanda estadounidense actual.
Esta posibilidad se contempla en el denominado Escenario El Futuro Es Eléctrico, donde el porcentaje de la electricidad en el consumo final ascendería hasta un tercio, ya que casi la mitad de la flota de vehículos se electrificaría en 2040 y la electricidad incidiría rápidamente en los sectores residencial e industrial. Sin embargo, de acuerdo con Cozzi, el transporte de mercancías por carretera de larga distancia, la navegación y la aviación “no están listos” para la electrificación con las tecnologías actuales.
En este escenario, la electrificación reduciría la contaminación local, pero exige medidas adicionales para eliminar las emisiones de CO2 del suministro eléctrico, de lo contrario, existe el riesgo de que las emisiones de CO2 se desplacen desde los sectores de uso final hacia la generación eléctrica.
Por otra parte, los combustibles fósiles constituyen una parte muy importante del mix energético a nivel global, y seguirá siendo así en los próximos años, según la Agencia Internacional de la Energía. Por esta razón, el WEO 2018 incluye un informe especial sobre economías productoras de petróleo y gas, centrado principalmente en Iraq, Nigeria, Rusia, Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos y Venezuela.
Principales conclusiones del World Energy Outlook 2018
La experta de la AIE destacó las siguientes:
• Los vínculos entre la energía y la geopolítica se fortalecen y se vuelven más complejos, factor determinante sobre la seguridad energética.
• Un desajuste entre la demanda de petróleo en el corto plazo y un déficit en nuevos proyectos, provocaría un fuerte endurecimiento de los mercados petroleros en la década de 2020.
• El aumento de las energías renovables urge a crear sistemas eléctricos flexibles para mantener la seguridad en el suministro.
• No existe una solución única para revertir las emisiones. Las energías renovables, la eficiencia energética y las tecnologías innovadoras, (incluyendo almacenamiento, CCUS e hidrógeno), son necesarias para conseguir los objetivos climáticos acordados.
• Las decisiones tomadas por los gobiernos, serán decisivas para determinar el modelo energético del futuro.
La edición anual del World Energy Outlook correspondiente a 2018 fue presentada en el Club Español de la Energía (Enerclub) con el patrocinio de Viesgo, y además de con Laura Cozzi, contó con la participación de María Fernández, vicepresidenta de la CNMC, y Miguel Antoñanzas, presidente de Enerclub y de Viesgo.