Mucho se está hablando de verdad y de mentiras en esta precampaña electoral. No se pueden borrar "en cinco días de platós" cinco años de "mentiras, maldades y manipulaciones", decía el candidato del PP, Alberto Núñez Feijóo, el pasado viernes (véase minuto 1, segundo 12). Las verdades, las mentiras y la palabra dada (¿o hay que decir cambios de opinión?) han rodeado por ejemplo también todo lo sucedido en Extremadura con el caso Guardiola, que empezó diciendo "yo no voy a gobernar con Vox, en ningún caso" y acabó declarando que "mi palabra no es tan importante como el futuro de los extremeños". Pero vamos al titular: ¿qué hay en el programa electoral del Partido Popular -en el capítulo dedicado a la Energía- que hay que analizar en clave de... eso es verdad o es mentira? Esto.
El Partido Popular presentó ayer su programa electoral 23J. En total, 365 medidas, distribuidas en cinco bloques conceptuales: Crecer de forma sostenible; Cuidar y Prosperar; Regenerar y Respetar; Servir; y, por fin, Liderar e Influir. En materia de energía, el PP apuesta por "un mix energético equilibrado", y, en ese marco, destaca tres propuestas: "extensión de la vida útil de las centrales nucleares existentes" (medida 114); impulso al compromiso de España con Oriente Medio, "región clave para nuestra seguridad energética" (medida 329); y un impuesto de nuevo cuño a las renovables, que el Partido Popular ha denominado "tasa por hito" (medida 112).
El programa del PP menciona el cambio climático en solo tres ocasiones a lo largo de las 108 páginas de su programa (por 12 alusiones al terrorismo ó 14 a la ocupación, temas estrella de la última consulta electoral, las municipales de mayo). Por lo demás, el partido que lidera Alberto Núñez Feijóo no menciona en ningún momento el autoconsumo. Quizá porque la losa del impuesto al Sol sigue pesando en el currículo PP, y aunque ahora mismo el autoconsumo es sin duda la gran estrella de las renovables. Según el nuevo borrador de Plan Nacional Integrado de Enegía y Clima (Pniec), que el Gobierno acaba de abrir a consulta pública, "esta modalidad [en referencia al autoconsumo], que se fijó como una de las prioritarias en el Pniec original, ha crecido un 1.200% desde 2018, pasando de 0,4 gigavatios a 5,2 GW (...) y ha duplicado su crecimiento en el último año".
Pero hemos abierto esta pieza con el titular La cara fake del programa electoral del Partido Popular (en materia de energía, que es lo que nos ocupa). Y el modo fake (ahora lo explicaremos) asoma en la medida estrella (112: introduciremos una “tasa por hito” con cargo al promotor del proyecto) y nuevamente lo hace en la medida 116: "introduciremos las medidas excepcionales (y eliminaremos las existentes) de intervención del mercado mayorista eléctrico", que están "provocando inseguridad regulatoria y restando atractivo a nuestro país como receptor de inversiones en el sector energético".
Tasa por hito
Según el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, la tasa por hito que incluye el programa electoral del PP para desbloquear la tramitación de las renovables ya existe, siendo esta la tasa 054, conocida como 'Tasas por servicios prestados por órganos del anterior Ministerio de Industria y Energía'. Dicha tasa -explican desde Transición Ecológica- la crearon los preconstitucionales Decretos 661/1960 Y 663/1960, firmados por Carrero Blanco, que se fusionaron en el RDL 26/77, y, desde entonces, no se ha actualizado.
La tasa grava los servicios prestados por la Administración en la tramitación de las instalaciones y se abona por la gestión de la Autorización Administrativa Previa (AAP), la Autorización Administrativa de Construcción (AAC) y la Autorización Administrativa de Explotación (AAE) de los proyectos, hitos clave de la tramitación, y se paga al presentar la solicitud. El Ministerio de Administraciones Públicas tiene atribuida la competencia de gestión y recaudación. Y, en lo que se refiere a su importe, este es proporcional al presupuesto del proyecto y se abona en cada una de las autorizaciones, AAP, AAC y AAE.
Así, a modo de ejemplo, el Ministerio ha señalado que para un proyecto de 50 millones de euros, la tasa se eleva a unos 9.000 euros. Del mismo modo, ha argumentado que la tasa ha sido suficiente para tramitar los proyectos de renovables hasta ahora, y para los problemas puntuales que ha habido se han contratado los servicios externos de Tragsatec.
"Restando atractivo a nuestro país"
La otra expresión fake (en materia de energía) que incluye el programa electoral del Partido Popular se refiere al atractivo que suscita nuestro país en los inversores internacionales. Según el programa, ese atractivo habría decaído como consecuencia de "las medidas excepcionales (...) de intervención del mercado mayorista eléctrico" (léase la excepción ibérica, el tope al precio del gas). Pues bien, nada más lejos de la realidad.
En realidad el atractivo de España como país no ha mermado, sino que, antes al contrario, ha crecido en los últimos años. Hace ya un quinquenio, publicábamos en esta revista (apenas unos días antes de la moción de censura que apeó a Rajoy de la Moncloa) una información sobre el prestigioso índice Recai (Readiness
Según el índice Recai (Renewable Energy Country Attractiveness Index), que elabora periódicamente la consultora EY, en el mes de mayo de 2018, apenas unos días antes de la moción de censura que le costó la presidencia del Gobierno a Mariano Rojoy, el país más atractivo del mundo para los inversores en renovables era China, a la que seguían Estados Unidos y Alemania. Completaban el Top 10 en mayo del 18 India, Australia, Francia, Reino Unido, Japón, Holanda y Dinamarca. Y a España había que buscarla en el puesto vigésimo cuarto (24º). Pues bien, según el último índica Recai, que ha sido publicado hace solo unos días, España se encuentra hoy en el puesto octavo de esa clasificación (8º). Alemania, China y Estados Unidos vuelven a repartirse las tres primeras posiciones. Reino Unido, Francia, India y Australia siguen disputándose los cuatro puestos siguientes y, a continuación, se cuela España, que ha ganado 16 posiciones en estos últimos cinco años.
¿El intervencionismo siempre se ha identificado como algo negativo? ¿Y eso quién lo dice? ¿Quién dice que es negativo el intervencionismo? ¿Y qué intervencionismo es negativo? ¿O es que acaso todos los intervencionismos son negativos? Vamos a ver: este es un mercado regulado. Muy regulado. Extraordinariamente regulado. Tan regulado está este mercado que hasta los ingresos de la mayoría de los principales actores del mercado energético nacional están... regulados. Regulados los ingresos de las distribuidoras de electricidad (Iberdrola, Endesa, Naturgy, EDP), regulados los ingresos de una buena cantidad de productores de energías renovables, regulada la retribución del transportista único del sistema (Red Eléctrica), regulado el precio... regulado (PVPC). ¿Y ahora nos echamos las manos a la cabeza con el intervencionismo del tope al gas? Cuánta cuánta cuantísima desfachatez. O desconocimiento. El mercado eléctrico es un mercado hiperregulado. Solo que ha sido regulado para que unos pocos hagan caja a costa de la pobreza energética de millones de personas. Lo que habría que hacer es regular el precio de la electricidad y no permitir que sea el mercado el que lo establezca. Porque la electricidad, como dice la Fundación Renovables, es un bien básico de primera necesidad y hay que asegurar que toda la ciudadanía puede acceder a ese bien básico de primera necesidad. La luz es como el agua, un bien básico de primera necesidad. Y no debería estar en manos de cuatro especuladores. Debería ser catalogada, y defendida, por las más altas instancias, como derecho humano. Pero claro, aquí se está hablando de inversores, no de personas.
