La Comisión Europea publicó ayer la Comunicación REpowerEU Joint European Action for more affordable, secure and sustainable energy (repotenciar la UE, acción conjunta europea para una energía más asequible, segura y sostenible), informalmente conocida como Toolbox 2. El anuncio de la CE llega en respuesta a la agresión de Rusia en Ucrania. La Comunicación señala -en una especie de declaración de principios- que la aceleración de la transición energética limpia es primordial, pero sin embargo carece -según critican sus muchos detractores- de una hoja de ruta clara para emprender las acciones a la escala que exige la crisis. A muchos analistas de diversas organizaciones no gubernamentales europeas les ha extrañado el hecho de que esa Comunicación, al mismo tiempo que propone recortar las importaciones de gas, plantee aumentar la inversión en infraestructuras de gas, a pesar del exceso de capacidad de las actuales infraestructuras de gas de la UE y de la preocupación por el clima. Desde muchas oenegés de la sociedad civil y el movimiento ecologista plantean como alternativa "un rápido aumento de las energías renovables y las medidas de eficiencia energética".
Los puntos clave de la Comunicación son los siguientes
• Aumentar la diversidad del suministro de gas de la UE, incluso incrementando las importaciones de GNL (gas natural licuado) de Estados Unidos y Qatar, incentivando nuevos gasoductos para el GNL.
• Acelerar el desarrollo de las energías renovables, como la eólica y la solar, para reducir la demanda de gas en el sector eléctrico.
• Una propuesta para que los países miembros de la UE redistribuyan entre los consumidores los ingresos procedentes de los beneficios de las empresas energéticas por las recientes subidas del precio del gas y por el comercio de emisiones.
• Intensificar las medidas de eficiencia energética para reducir la demanda de gas en el sector de la construcción, aunque faltan detalles cruciales.
• Reforzar los planes de contingencia de la UE para la seguridad del suministro, incluyendo el almacenamiento mínimo de gas para octubre de 2022.
Julian Popov, ex ministro de Medio Ambiente y Aguas de Bulgaria: "nos hemos equivocado sistemáticamente y no hemos aprendido las lecciones de nuestra historia. Siempre hemos ignorado la cuestión de la seguridad energética o la exposición de los países a una crisis. La diversificación y la construcción de más infraestructuras de gas sólo sirven a Rusia, porque una vez construidas las infraestructuras, Rusia puede ganar a cualquiera en precio. El Gas de la Libertad va donde el precio es más alto. Lo que necesitamos son Baterías de Libertad, Paneles Solares de Libertad, producción de Energía Descentralizada de Libertad, y todas estas tecnologías que acumulativamente podrían reducir masivamente la exposición al gas ruso. Tenemos que replantearnos profundamente nuestro enfoque de la seguridad energética. Cada kilovatio que se produce a partir de la energía eólica o solar, o que se ahorra, es un kilovatio que se salva de la dependencia energética (y Europa es muy dependiente energéticamente)".
William Todts, director ejecutivo de la oenegé Transport & Environment: "una estrategia de seguridad energética que ignore el petróleo no vale ni el papel en el que está escrita. El gas es una preocupación comprensible, pero es el petróleo el que financia las guerras de Putin. Con los precios del gas cercanos a los 2 euros por litro, estamos enviando un cuarto de billón al régimen de Putin cada día. Podemos acabar con esto. Entonces, ¿por qué no lo hacemos?"
Luca Bergamaschi, cofundador y director ejecutivo de Asuntos Internacionales de ECCO: "es necesaria una nueva lógica de prioridades. Antes de pedir una nueva carrera por el gas, hay que dar prioridad a todas las alternativas de reducción y sustitución del gas, así como a la explotación de las infraestructuras existentes. La salida de la dependencia rusa del gas debe ir acompañada de una eliminación más amplia de los combustibles fósiles, acelerando la tendencia estructural a la baja de la demanda de gas que se viene produciendo desde 2005"
Tara Connolly, responsable de la campaña sobre el gas en Global Witness: "en cuanto a la renovación y las energías renovables, el mensaje es claro: las capitales de la UE deben desplegar un despliegue sin precedentes de capacidad de energía renovable, bombas de calor y aislamiento antes del próximo invierno y más allá. Este podría ser el comienzo del cambio radical que la UE necesita urgentemente para acabar definitivamente con nuestra dependencia del gas fósil. Sin embargo, las propuestas de construcción de nuevas terminales para la importación de GNL y los planes de hidrógeno descabellados que no cumplen con sus objetivos socavarían gravemente los planes de la Comisión Europea, y mantendrían a la UE en una mayor dependencia del gas fósil, caro y perjudicial para el clima"
Según la Agencia Internacional de la Energía, la Unión Europea importa el 45% de su gas de Rusia a través de gasoductos y terminales de GNL.
El plan de la UE tampoco incluye el petróleo, a pesar de que Estados Unidos y el Reino Unido parecían dispuestos a detener las importaciones de petróleo de Rusia, lo que aumenta la presión sobre la UE para que actúe. El transporte es el mayor consumidor de petróleo de la UE, que depende de las importaciones para el 97% de sus productos petrolíferos. Con el precio del petróleo acercándose a los 2 euros por litro, la guerra en Ucrania es también una crisis del petróleo.
Está prevista una reunión especial del Consejo Europeo para el jueves y el viernes 10 y 11 de marzo, en la que se espera que los Estados miembros de la UE presionen para conseguir un liderazgo más activo en la eliminación de todos los combustibles fósiles rusos.