La producción renovable ha crecido más de dieciséis enteros en los nueve primeros meses de este año: +16,3% respecto al mismo periodo de 2019. La solar fotovoltaica y la hidráulica son las principales tecnologías que lo han hecho posible. La segunda ha elevado su generación en un 41,6%. Pero es que la fotovoltaica lo ha hecho en un 67,5%, gracias, a la enorme cantidad de potencia que ha añadido al sistema en los últimos 18 meses: más de cinco mil megavatios. Las otras renovables -termosolar, biomasa y otras- también han mejorado muy notablemente sus registros. Según Red Eléctrica de España, operador del sistema eléctrico nacional, de enero a septiembre produjeron un 20,6% más que en 2019. Así, la producción enero-septiembre de todas las tecnologías renovables ha superado los 80.000 gigavatios hora, lo que supone un incremento como se dijo de más de dieciséis puntos en el mix.
Así las cosas, y habida cuenta de que durante este periodo -enero/septiembre- ha caído la demanda de electricidad un 6,6% con respecto al año anterior, debido sobre todo a la crisis del coronavirus, las tecnologías verdes han producido, a 30 de septiembre, el 43,1% del total de la producción nacional de electricidad, 7,5 puntos porcentuales más que en 2019. Mayo ha sido el mes más generoso: las tecnologías limpias (fotovoltaica, termosolar, eólica, hidráulica, biomasa, etcétera) aportaron más de la mitad de la electricidad: 52,4%.
La eólica, que ha añadido en estos nueve primeros meses de 2020 más de 650 MW de potencia de generación a su parque nacional, ha mantenido sus valores de producción de 2019, con un ligero descenso del 0,5%, pero se erige como segunda tecnología del país, al ser la responsable de 1 de cada 5 gigavatios hora generados en nuestro sistema, prácticamente tanto ella sola como la nuclear, cuya cuota fue del 22,1%. La hidráulica se apunta entre el 1 de enero y el 30 de septiembre el 12,3% de la electricidad del sistema eléctrico nacional.
La consecuencia directa del incremento de la aportación renovable al sistema eléctrico español -apuntan desde Red Eléctrica- es la reducción de emisiones de CO2 equivalente (gases de efecto invernadero, desencadenantes de cambio climático) asociadas a la generación de electricidad. Al término del tercer trimestre, el sistema eléctrico nacional había emitido un 28,7% menos a lo que emitiera durante el mismo periodo del año anterior, 2019.