En el encuentro digital ‘El comercio ilegal de gases refrigerantes en la UE. Un reto de impacto medioambiental y económico para España’, organizado por Europa Press la semana pasada, el director general para EMEA Fluorochemicals de Chemours y presidente del área de Datos e Investigación del Comité Técnico Europeo de Flurocarbonos (EFCTC), Murli Sukhwani, explicó que aunque el mercado de los HFC se encuentra regulado desde 2015 por el reglamento F-Gas, que se marca unos objetivos “muy ambiciosos” para reducir el impacto medioambiental que tienen estos gases, la aplicación de dicha normativa es "débil".
También lo son, añadió, el marco sancionador –que calificó de diverso e insuficiente" y el intercambio de datos entre organizaciones, que no siempre es bueno. Ante esta situación, el EFCTC ha propuesto una serie de medidas que ayudarían a contener ese problema, entre las que se incluye la necesidad de que todas las agencias de aduanas de la UE tengan acceso al registro electrónico de los HFC donde están marcadas las cuotas, algo que no ocurría hasta hace un año y que se está empezando a implantar.
Murli Sukhwani instó, asimismo, a acelerar la puesta en marcha de una ventanilla única de la Unión Europea, proceso que se está actualmente implementando y que daría visibilidad a las diferentes aduanas sobre cuáles son los flujos de mercancías en el sistema al compartir información entre los países miembros.
Control de aduanas y más colaboración
La directora del departamento de Aduanas e Impuestos Especiales de la Agencia Estatal de Administración Tributaria (AEAT), Pilar Jurado, apuntó que en el plan anual de control tributario de la AEAR se incluyen acciones específicas en torno al impuesto de gases fluorados, que afectan directamente al producto, como el control de sujetos pasivos o seguimiento de las adquisiciones. Pero, según Jurado, el reglamento F-Gas tiene algunas características que no permiten un control total del mercado.
De acuerdo con Jurado, la aduana solo puede controlar la cuota total que tiene un importador concreto, pero no existe la visión global de lo que éste importa de este producto en toda la Unión Europea. Además, los importadores de menos de 100 toneladas equivalentes de CO2 de HFC al año no están controlados por el reglamento, por lo que puede darse el caso que alguien pueda aprovechar esa situación para importar de forma individual y luego venderlo.
Susana Rodríguez, de la junta directiva de la Confederación Nacional de Instaladores (CNI), incidió en que la colaboración público-privada es "esencial" para poder luchar contra este mercado negro y remarcó que, mientras siga existiendo demanda, el comercial ilegal de gases HFC seguirá existiendo. Un mercado que conlleva una pérdida de competitividad para más de 15.000 compañías en España.
Ante esta situación, destacó la importancia de contar con una mayor cantidad de datos que permitan conocer la magnitud del problema, como el número de instalaciones existentes que emplean HFC, las emisiones que realizan de media o el stock acumulado antes de la entrada en vigor del impuesto especial, para poder identificar medidas que ayuden a resolver este problema.
Rodríguez también abogó por incentivar desde el sector público el cambio a instalaciones con tecnologías que empleen gases menos contaminantes y concienciar a los usuarios finales del impacto que tiene el obtener el HFC en el mercado negro. "Si se corta la demanda, no habrá oferta en el mercado negro", dijo.
Mercado negro en España
En España se han introducido de manera ilegal más de 4,6 millones de toneladas equivalentes de CO2 de HFC entre 2019 y 2019, cifra que sitúa al país como el mayor importador ilegal europeo de estos gases, utilizados en sistemas de refrigeración y en los aires acondicionados de la industria de la automoción, hospitales o supermercados, entre otros. Un dato que aportó en el encuentro Diego García, director general de Kimikal, en representación de, la Asociación de Empresas del Frío y sus Tecnologías (AEFYT).
Dado el alto potencial de calentamiento atmosférico de estos gases, en el año 2015 entró en vigor el reglamento F-Gas, cuyo fin es combatir el cambio climático con la eliminación paulatina de los HFC. El objetivo a nivel europeo es reducir el 79% de su consumo en 2030, respecto a los niveles de 2009-2012. Asimismo, la regulación nació con el fin de estimular el desarrollo de soluciones alternativas y garantizar una competencia justa entre los sectores clave de la economía.
Esto ha significado para la industria la reducción gradual de importaciones de gases HFC de efecto invernadero a través de un sistema de cuotas -que aplica a todos los puntos de acceso a la UE, con el objetivo de controlar la entrada de los gases fluorados en el mercado europeo-. Sin embargo, es en este contexto donde surge el mercado negro de HFC que pretende sortear esta regulación.
En España, la entrada en vigor de la F-Gas vino acompañada de un impuesto sobre los Gases Fluorados que entró en vigor el año anterior, en 2014, y que ha supuesto un agravante añadido para el comercio ilegal en el país.
Tal y como explicó en el webinar Diego García, "en España, desde la entrada en vigor del impuesto de Gases Fluorados y el reglamento F-Gas, no hemos percibido el impacto positivo de la reducción de las importaciones que exige esta normativa mediante el uso de cuotas. En cambio, sí hemos observado la irrupción de una sospechosa oferta masiva de productos con precios reducidos procedentes de otros distribuidores”.
El evento completo se puede ver en youtube.