Según indican desde el Conama, el primero en reconocer el impacto que pueden causar las energías renovables fue el representante del Ministerio para la Transición Ecológica (Miteco). Desde la Subdirección General de Evaluación Ambiental, Eugenio Jesús Domínguez dijo que estas tecnologías pueden producir un “un impacto claro sobre la biodiversidad, el suelo, el paisaje, los usos inmediatos del entorno cercano”.
En el caso concreto de la eólica, destacó que estas infraestructuras, se instalan "en zonas con una alta sensibilidad ambiental, en las crestas de las montañas” y pueden causar mortandad entre las aves.
Para Dominguez, lo más importante es hacer evaluaciones de impacto ambiental. En este sentido, se refirió al proyecto del Miteco de zonificación ambiental para la implantación de renovables.
José Donoso, director general de la Unión Española Fotovoltaica (UNEF), dijo que el principal impacto de las instalaciones de fotovoltaica “son las líneas eléctricas”, por ello esta organización está desarrollando una guía para minimizar estos efectos. En cuanto al despliegue de las renovables, indicó que “tenemos que ser una energía responsable, pero lo que ahora está en juego es el papel de la transición ecológica”.
En la sesión también participaron organizaciones conservacionistas como SEO/BirdLife y WWF, y consultoras, como Biodiversity Node. Desde este lado coincidieron en señalar la importancia de la planificación antes de que cualquier promotor lance un proyecto de renovables. “Mucha gente se acuerda de la biodiversidad solo al final de un proyecto ambiental, pero tiene que haber coordinación desde el principio, porque cuando el proyecto está muy avanzado, cualquier medida correctora es muy difícil”, dijo Eladio Luis García, codirector de la consultoría Biodiversity Node.