En esa lista, Rusia se ubica tercero, con 335.000 millones de dólares; luego India, con 277.000 millones de dólares; y quinto Japón, 157.000 millones de dólares. La Unión Europea en su conjunto destina cada año 330.000 millones de dólares a subsidiar los combustibles fósiles.
Según cita el diario inglés The Guardian, el FMI llama a la revelación "chocante" y dice que la cifra es una estimación "muy robusta" del verdadero costo de los combustibles fósiles, de hecho, el total global de subvenciones los combustibles fósiles para 2015 "es mayor que el gasto sanitario total de todos los gobiernos del mundo", y equivalente a "10 millones de dólares cada minuto de cada día".
Se sostiene que el FMI asegura que el fin de los subsidios a los combustibles fósiles reduciría las emisiones globales de carbono en un 20%, lo que sería "un paso de gigante hacia la domesticación de calentamiento global, un tema sobre el que el mundo ha hecho poco progreso hasta la fecha".
Además, se afirma que "poner fin a los subsidios también reduciría el número de muertes prematuras por contaminación del aire en un 50%, cerca de 1,6 millones de vidas al año".
Las consecuencias de que recursos destinados a los combustibles fosiles sean redirigidos, podría significar un cambio notable en la economía de muchos países, ya que podría impulsarse "el crecimiento económico y la reducción de la pobreza a través de una mayor inversión en infraestructura, salud y educación, y también por la reducción de impuestos que restringen el crecimiento".
Otra consecuencia de que los precios de los combustibles fósiles reflejen el costo real sería la desaparición a su vez de los subsidios a la energía renovable, una cantidad anual en todo el mundo comparativamente pequeña: 120 mil millones de dólares al año.
La estimación del FMI de 5,3 billones de dólares anuales de subsidios a los combustibles fósiles representa el 6,5% del producto bruto interno (PBI) mundial. Poco más de la mitad de esa cifra es el dinero que los gobiernos se ven obligados a destinar al tratamiento de las víctimas de la contaminación del aire y el ingreso perdido debido a la mala salud y las muertes prematuras. La cifra es superior a una estimación de 2013 del FMI porque los nuevos datos de la Organización Mundial de la Salud muestran que el daño causado por la contaminación del aire es mucho mayor de lo pensado.