El documento -informa Europa Press- será presentado en una rueda de prensa por la comisaria de Energía, Kadri Simson, una vez haya recibido el visto bueno en una reunión del colegio de comisarios. España, Francia y Grecia han sido los socios del bloque que con más contundencia han reclamado a la UE para responder al alza de los precios energéticos. A ellos se sumaron República Checa, Rumanía o Polonia, que también han elevado la voz recientemente para pedir la reacción de las instituciones europeas. El Ejecutivo comunitario respondió prometiendo un documento en el que se desgranaran las medidas que los Estados miembros pueden adoptar con carácter inmediato dentro de los límites de la legislación actual. Esto incluye medidas que pasan por ayudar a los hogares más vulnerables o recortes fiscales, entre otras cuestiones.
Algunos gobiernos europeos han presionado no obstante para impulsar medidas de mayor calado. España, por ejemplo, ha sugerido la creación de una plataforma que gestione compras conjuntas de gas a imagen de la adquisición centralizada de vacunas durante la pandemia de coronavirus.
A través de una carta enviada hace varias semanas por las vicepresidentas de Asuntos Económicos y de Transición Ecológica, Nadia Calviño y Teresa Ribera, respectivamente, el Gobierno español pidió también medidas para acabar con la especulación en el sistema europeo de comercio de emisiones de CO2 (ETS, por sus siglas en inglés) y rediseñar el mercado eléctrico europeo.
El Gobierno francés, por su parte, ha exigido actuar para reducir la vinculación entre el precio del gas y la factura eléctrica, al tiempo que Grecia ha propuesto crear un fondo de compensación para la transición que utilice los ingresos del sistema ETS y se active en situaciones excepcionales como la actual.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, recogió parte de las demandas de estos países en una rueda de prensa la pasada semana desde Estonia, cuando afirmó que Bruselas está valorando la creación de una "reserva estratégica" de gas para reducir la dependencia del bloque en las importaciones de este recurso.
Frente a la posición de España, Francia y Grecia, otros socios, como Alemania, Países Bajos, Dinamarca, Suecia o Finlandia, prefieren que la reacción de la UE se limite a contrarrestar el impacto de la situación actual con medidas a corto plazo y rechazan una reforma a fondo del sistema eléctrico europeo vigente.