La Unión Europea se marcó como Objetivos Clave 2030 estos tres: -40% de emisiones de gases de efecto invernadero (con respecto a las emisiones registradas en 1990); 32% de cuota renovable en el mix energético continental de ese año, 2030; y 32,5% de mejora de la eficiencia energética de aquí a ese año. Pues bien, según las evaluaciones ahora publicadas: es posible un -55% de emisiones y una cuota del 33,7% de renovables. Lo cierto es que esa mayor ambición tiene su historia. Empezó a exigirla el movimiento ecologista del Viejo Continente casi desde el principio, casi desde que (allá por el año 2016) la Unión se autofijara como objetivo ese -40%. Y poco a poco se ha ido convenciendo casi todo el mundo de que, efectivamente, elevar el listón de la ambición climática era posible. El aumento del objetivo de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero de la UE para 2030 alcanzó un primer hito en el programa de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, que situó el listón en el -50% en julio del año pasado como mejor vía para lograr conformidad con el objetivo del Acuerdo de París de mantener el aumento de la temperatura mundial muy por debajo de los +2ºC y proseguir los esfuerzos para mantenerlo en un +1,5 ºC (incrementos de la temperatura media global 2030 con respecto a la temperatura media global registrada en el período pre industrial, en torno al año 1750).
Pero el espaldarazo a la que fuera originalmente demanda de los ecologistas (el aumento de la ambición climática), el espaldarazo quizá definitivo, ha tenido que esperar no obstante hasta ayer. En la evaluación de impacto publicada ayer, y "sobre la base de un amplio proceso de consulta llevado a cabo el año pasado", la Comisión ha examinado detenidamente los efectos que puede tener en la economía, la sociedad y el medio ambiente el aumento del objetivo de reducción de las emisiones de un 50% a un 55% de aquí a 2030. En esa evaluación de impacto se ha examinado la combinación de instrumentos disponibles y la manera en que cada sector de la economía puede contribuir a estos objetivos. Y... "Se ha llegado a la conclusión -informa la CE- de que una vía equilibrada, realista y prudente hacia la neutralidad climática para 2050 requiere un objetivo de reducción de las emisiones de al menos un 55% para 2030".
La quema de combustibles fósiles como el gas o el petróleo, principal fuente de CO2 en la UE
Para lograr esa reducción del 55% -apuntan desde la Comisión- será necesario actuar en todos los sectores de la economía. Según la CE, las emisiones de CO2 procedentes de la quema de combustibles fósiles son la mayor fuente de emisiones de gases de efecto invernadero en la Unión. Junto con las emisiones fugitivas distintas de las de CO2 en el sistema energético, cabe achacarles más del 75% de las emisiones de gases de efecto invernadero de la UE. Ello pone de relieve el papel central del sistema energético en la transición hacia una economía climáticamente neutra. Los edificios y el transporte son, junto con la industria, los principales consumidores de energía y las fuentes más importantes de emisiones. La descarbonización de la oferta y la demanda de energía es fundamental para lograr la neutralidad climática.
Pues bien, la evaluación de los planes nacionales de energía y clima de los Estados miembros muestra -informa la CE- que estos están acelerando su transición energética y climática: "indica asimismo que la cuota de las energías renovables en la UE podría alcanzar el 33,7% en 2030, superando el objetivo actual de al menos un 32%".
La falta de ambición en materia de eficiencia energética es mucho más grave y, para colmar esta laguna, la Comisión tomará medidas, en particular a través de la próxima «oleada de renovación» y el examen y posible revisión de la Directiva de eficiencia energética, así como de orientaciones para la aplicación del principio de «primero, la eficiencia energética».
La evaluación a escala de la Unión Europea de los planes nacionales integrados de energía y clima publicada ayer se completará en octubre con las evaluaciones de cada uno de los Estados miembros en el marco del informe sobre el estado de la Unión de la Energía.
El Reglamento sobre la Ley del Clima, propuesto por la Comisión en marzo de 2020, tiene por objeto incorporar en la normativa de la UE el objetivo de neutralidad climática para 2050, acordado por los dirigentes de la UE en diciembre de 2019, y marcar el rumbo de todas las políticas de la UE. La Comisión propone ahora incluir el objetivo revisado para 2030 en el Reglamento, que se está debatiendo actualmente en el Parlamento Europeo y el Consejo. El nuevo objetivo para 2030 también constituirá la base de los debates sobre la revisión de la contribución determinada a nivel nacional de la UE para reducir las emisiones en el marco del Acuerdo de París.
Tal como se establece en el Pacto Verde Europeo y en la Comunicación de ayer, la Comisión comenzará ahora a preparar propuestas legislativas detalladas sobre la manera de alcanzar este nuevo objetivo. La Comisión revisará todos los instrumentos pertinentes en materia de clima y energía para lograr la reducción de las emisiones con miras a presentar las propuestas adecuadas a más tardar en junio de 2021.
Evaluación de impacto sobre un mayor nivel de ambición climática de la UE para 2030 (part 1); (part 2)