Lo correcto es comenzar por el programa de gobierno presentado por el entonces candidato. El programa (puede descargarse desde aquí) se titula con un genérico "El camino de la prosperidad - Propuesta de Plan de Gobierno: Constitucional, Eficiente, Fraterno". Un tanto más inquietante es el slogan que preside cada página: Brasil encima de todo - Dios encima de todos. Puede agregarse que la página que encabeza el programa remata con una cita bíblica: Y conoceréis la verdad, y la verdad os liberará. Juan 8: 32.
Energía, del problema a la solución
En este apartado puede leerse un análisis de la situación, "una grave crisis sectorial", sector al que se define como "extremadamente centralizado y dependiente de acciones y decisiones del gobierno. Es preciso un choque liberal".
También se advierte de que "creciendo de 3 % a 4 % al año, llegaremos a 2021 altamente dependientes de la generación termoeléctrica a petróleo y carbón, elevando precios y con apagones regionales".
En tren de prometer, se asegura que, por ejemplo, las Pequeñas Centrales Hidroeléctricas tendrán evaluación de su licenciamiento ambiental "en un plazo máximo de tres meses", a diferencia de "casos que superan los diez años", que aseguran existir en la actualidad.
Nordeste, potencia energética
Así se titula el ítem en donde más se despliega interés en el programa por las renovables, en el que se refiere a la región noreste del país -como dato, en la que Bolsonaro perdió en el balotaje-, como la beneficiaria "con sol, viento y mano de obra" para "convertirse en la base de una nueva matriz energética, renovable y democrática". Se asegura, además, que se expandirá la producción de energía a toda la cadena productiva a través de la "producción, instalación y gestión de paneles fotovoltaicos; acuerdos con universidades locales para el desarrollo de nuevas tecnologías; surgimiento o instalación de otras industrias que intensifican el uso de la energía eléctrica, etc".
Gas
A este combustible fósil, mencionado como "gas natural", se le asigna "un papel fundamental en la matriz eléctrica y energética nacional, propiciando la calidad y seguridad energética para la expansión de forma combinada con las energías fotovoltaica y eólica". En ese sentido se asegura que el gas "ha cobrado importancia en la matriz energética brasileña, contribuyendo en la transición para reducir las emisiones de CO2 y ayudar a integrar otras fuentes renovables intermitentes".
El programa, presentado como Proyecto Fénix, no descarta apoyar emprendimientos de gas de esquisto, es decir a través del método conocido como fracking, incluso para pequeños productores.
En campaña ¿No al acuerdo de París?
Ya desde las palestras, micrófonos y redes sociales, el hoy electo presidente dejó entrever, más allá del incendiario político discurso que se le adjudica, otras datos. Entre ellos, uno de los más notables fue su amenaza de quitar a Brasil del Acuerdo de París. Finalmente terminaría por matizar esa aseveración, basado en su momento, según arguyó, alegando en que no estaba de acuerdo con los lineamientos del COP21 (Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático 2015) para proteger la Amazonia, de hecho, en ese sentido, pocos días avanzó y se retrotrajo en su idea de unir los Ministerios de Agricultura y Medioambiente. Detrás de estas contramarchas está el temor empresarial de la pérdida de los certificados internacionales de calidad necesarios para exportar productos si el país se aparta del acuerdo mundial contra el cambio climático.
En las redes
La relación con sus votantes, más aún después de haber sido agredido, hizo que Bolsonaro centrase su conexión más que nada por las redes sociales. De Twitter, por ejemplo, puede destacársele un "¡Sí!" ante esta pregunta de un usuario: "Candidato, su proyecto de resolución y mejora energética ¿también envuelve desburocratización y exenciones impositivas para la energía solar domiciliaria?".
Empresarios de las renovables
Por lo pronto, desde el sector empresarial existe la esperanza de la continuidad de las actuales políticas de licitación bajo las cuales la energía solar y eólica florecieron en la última década debido a la caída de los precios y de las políticas de transición energética, basadas en el fuerte apoyo del Banco Nacional de Desarrollo (BNDES).
Esta expectativa positiva está basado en que el impulso de estas políticas exitosas , que crearon cientos de miles de empleos y construyeron una industria eólica que, por ejemplo, ya tiene 14 GW capacidad instalada -la octava más grande del mundo- convencerá a los próximos políticos de dejar la mayor parte del marco regulatorio intocable.