El director madrileño asegura que no hay avances para que la situación mejore, pese a que los vecinos se pronuncian "constantemente" y luchan por intentar cambiarlo. Guillermo García ha relatado que "los niños deben caminar una hora por un camino de tierra para acudir al colegio", un obstáculo que provoca que haya menos acceso a la educación "y por tanto menos recursos".
De cara al futuro, no sabe cuál será el destino de las familias de la Cañada Real, pero cree que los realojos son "un tema delicado, porque es cíclico" y lamenta que en ocasiones se "desmiembre" a las familias, lo que provoca que se mantenga la idea de "marginalización". Por ello, espera que se desarrollen "políticas sociales que atiendan realmente las necesidades de la gente que está ahí", ha apostillado.
La idea de rodar un corto en la Cañada Real surge tras observar y entender que las imágenes que se difunden de este barrio marginal son "paternalistas" y "miserabilistas", describe García. Cuando llegó por primera vez, el realizador quedó impactado al comprobar cómo un lugar con tantas diferencias sociales y económicas estaba "tan solo a 15 minutos del centro de la capital de España". Este hecho, que le "emocionó profundamente", le animó a mostrar con su cámara "cómo resisten", gracias sobre todo a "una vitalidad luminosa que les permite vivir en las sombras".
Por ello, García afirma que "de alguna forma quería aportar algo a través del cine; aportar algo a la sociedad y desafiar también al espectador que está en la sala de cine", afirma. El cineasta reconoce que realizar este corto le ha aportado "muchísimas cosas", como amistades, anécdotas y buenos momentos. "Ha sido un aprendizaje muy grande, me ha puesto frente al espejo constantemente. Eso me ha ayudado mucho a relativizar todos los dramas que pueda haber en mi vida y cualquier cosa que me pueda afectar demasiado", confiesa.
Guillermo García, preguntado sobre cómo planteó a los vecinos la grabación del corto, comenta que lo logró "a base de repetir muchas veces la idea que tenía en mente y de tener respeto por la gente y su entorno". De cara al futuro, García ya tiene previsto ampliar este cortometraje y ya está buscando a más vecinos de la Cañada Real para que participen en su largometraje.