George Pufan, miembro del TCE responsable de la auditoría en marcha, considera que “la eólica y la solar fotovoltaica son, con diferencia, las dos fuentes de energía renovables para la generación de electricidad desarrolladas de forma más dinámica en los diez últimos años”. Asegura que “desempeñan un papel fundamental en nuestra combinación energética y es muy importante saber si la estrategia y el apoyo que se les presta son eficaces”.
Para llevar a cabo el informe, los auditores visitarán España, además de Alemania, Grecia y Polonia. Según una información de la Agencia Efe, “los cuatro países fueron seleccionados sobre la base de los gastos de la UE involucrados, pero también por el equilibrio geográfico, tamaño y capacidad de la generación de energía". Por ejemplo, España y Polonia representan el 40 por ciento del total de asignaciones de la UE a proyectos de energía eólica y solar,
Según la nota de prensa del tribunal, “los auditores analizarán el diseño, la ejecución y el seguimiento de las estrategias nacionales y de la UE relativas a las energías eólica y solar fotovoltaica desde 2009, así como la financiación de su desarrollo a nivel nacional y de la Unión”. La publicación final de la auditoría está prevista para principios de 2019.
¿Se invierten de forma eficaz cien mil millones de euros?
Desde el TCE recuerdan que “en el período de programación 2014-2020 se asignaron 45.000 millones de euros de los fondos estructurales y de inversión europeos para apoyar el paso a una economía con bajas emisiones de carbono mediante inversiones en energía renovable, eficiencia energética y movilidad urbana sostenible”. Eso aparte de los 58.500 millones euros destinados a la transmisión inteligente de energía y su almacenamiento y a los sistemas de transporte.
El TCE ya ha emitido varias auditorias que tienen relación con la producción de energía con fuentes renovables. En julio de 2016 emitió un duro informe sobre el sistema de certificación de la sostenibilidad de los biocarburantes, al considerar que la Comisión Europea no garantizaba que el biodiésel y el bioetanol consumidos en la UE cumplieran con los requisitos que sustentan esa sostenibilidad.
Más recientemente, en septiembre de 2017, presentó un informe más amplio sobre la enorme responsabilidad de la generación de energía en la emisión de gases de efecto invernadero. Como alternativa, el TCE apuntaba a las energías renovables, que han experimentado "un descenso general de sus costes", pero que se ven afectadas por "obstáculos a las inversiones".
Hace unos días, la Agencia Internacional de las Energías Renovables confirmaba que el coste de generación eléctrica con energía eólica terrestre había disminuido en torno a un 25 por ciento desde el 2010, y el de la solar fotovoltaica en un 73 por ciento.