“La mayoría de los participantes en el proyecto Minieólica estamos implicados en el desarrollo de la posible futura regulación para microgeneración con esta tecnología, mediante la realización de estudios de índole técnico-económica sobre costes, mercado, conexión a red y legislación, a través de la sección recientemente creada por la Asociación de Productores de Energías Renovables (Appa)”.
Ignacio Cruz, de la Unidad de Energía Eólica del Centro de Investigación Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (Ciemat), y uno de los coordinadores del proyecto, muestra con esta frase la conexión entre esta iniciativa y la de Appa, y, de paso, coloca la tercera pata del futuro del sector: la legislativa. Tecnología, industria y regulación deben ir de la mano en el desarrollo de la energía minieólica.
Con las bases que están poniendo los centros de investigación y las empresas implicadas en el proyecto Minieólica, el Gobierno salido de las urnas el nueve de marzo no tendrá excusas para afrontar la regulación del sector. El nombre oficial es Proyecto Singular y Estratégico Minieólica, cuenta con un presupuesto inicial, hasta 2010, de trece millones de euros y está liderado y coordinado por el Ciemat (organismo dependiente del Ministerio de Educación y Ciencia) y Robotiker Energía, centro especializado en energía perteneciente a la Corporación Tecnológica Tecnalia.
El resto de actores en el apartado tecnológico son la Universidad de Murcia, el Centro Tecnológico Leia, el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (Inta) y el Centro Nacional de Energías Renovables (Cener). Obeki, Soléner, Bornay, Ebro Cantábrica de Energías Renovables (Ecersa), IDM, Argolabe y Del Valle Aguayo son los protagonistas del sector industrial.
(Descargar el reportaje en formato PDF)