Hubo un año –2008– en el que en esta vieja piel de toro brotaron por doquier (2.707) los megavatios fotovoltaicos: muchos, muchos, muchos más que los que sumara Alemania en aquel mismo ejercicio. En fin, que, por primera vez en la historia, la fotovoltaica española le ganaba la partida (megavatios instalados en un solo año) al gran hermano blanco del norte, ese que siempre se lleva el gato al agua. Tristemente, aquello no fue más que flor de un día, y un par de años después de aquella eclosión, en 2010, mientras la soleada Alemania se apuntaba –instalados– en doce meses 7.400 MW, España se quedaba en... 371, o sea, veinte veces menos. ¿El motivo del batacazo patrio? Pues, según muchos, los volantazos de Sebastián, que ha sustituido el marco que originó la burbuja fotovoltaica –marco ciertamente discutible– por una camisa de fuerza –indiscutiblemente fallida– que está conduciendo al único Fórmula 1 de la industria española (al sector de las renovables en general, la FV en particular) a quién sabe dónde. Un dato en todo caso parece evidente: si en 2008 el sector fotovoltaico nacional superaba los 40.000 puestos de trabajo directos, ahora ronda los 12.000 (dato ASIF).
Pero si en materia de fotovoltaica Sebastián "ha sucedido" (porque pasar de 2.707 MW instalados en doce meses a apenas 371 merece ser calificado de "suceso"), en lo eólico el devenir es prácticamente el mismo. ¿Motivos? El ministerio del economista don Miguel –inepto o incompetente– ha dilatado en el tiempo la incertidumbre (no acaba de alumbrar un marco regulatorio), ha sido incapaz de diseñar una hoja de ruta para la eólica marina (que sigue sin ver la luz, aunque la industria española es una de las más maduras del mundo) y está a punto de parir un real decreto que (otra vez) ha unido con fuerza a sindicatos, ecologistas y a "las empresas fabricantes de aerogeneradores abajo firmantes", empresas todas que, según la nota difundida hoy, "se muestran contrarias a la aprobación del borrador de Real Decreto [RD] enviado por el Ministerio de Industria a la Comisión Nacional de Energía".
¿Que por qué no quieren ese decreto?
Pues, grosso modo, porque ese RD estaría planteando una reducción de las primas de un 40%, una reducción que estaría violando el principio de "rentabilidad razonable que exige la Ley del Sector Eléctrico". Lo había apuntado, a finales de septiembre, durante la feria Wind PowerExpo, la patronal eólica: "el sector es absolutamente consciente de la complicada situación económica que atraviesa el país, por lo que está dispuesto a aceptar, en aras de la solidaridad, una regulación restrictiva, con cupos anuales, limitación de horas primadas, aplicación del régimen económico en función de los objetivos... pero nos hemos encontrado con un sistema que no cumple con la rentabilidad razonable que exige la Ley del Sector Eléctrico". Los eólicos, además, denuncian que el espíritu de esa ley no vela por el interés general: "si este real decreto saliese adelante –dicen–, se pondría en riesgo el importante tejido industrial construido en nuestro país, con la consiguiente pérdida de empleo tanto directo como indirecto, pérdida que afectaría a toda la cadena de suministro, desde las grandes empresas a los pequeños proveedores". El sector asegura podrían ser destruidos hasta 15.000 de los 36.000 puestos de trabajo con que cuenta hoy.
Los abajo firmantes son 10
El manifiesto hoy difundido señala además que "el mercado eólico, en el que España es referente indiscutible, está creciendo de forma notable en el mundo en un escenario de fuerte competitividad en precio e innovaciones tecnológicas, por lo que un parón del sector en nuestro país impediría implantar los nuevos desarrollos y las plataformas avanzadas que permitirían consolidar y mantener la posición de la industria nacional a nivel global". Los 10 fabricantes advierten por todo ello de que, "si se paraliza la industria hoy, no será posible reactivarla ni recuperar el empleo destruido dentro de unos años, con la consiguiente pérdida de oportunidades en y para nuestro país" y por eso "piden al Ministerio de Industria que reconsidere su postura y modifique sustancialmente el borrador de Real Decreto, de forma que, además de poner fin al vacío regulatorio, se instaure un marco normativo que garantice la rentabilidad razonable de los parques eólicos y permita dar continuidad a esta industria estratégica".
¿Dónde está la AEE?
Los firmantes son Acciona, Alstom, Enercon, Gamesa, GE Energy, MTorres, Nordex, REpower, Siemens y Vestas. La carta-manifiesto no aparece firmada por la Asociación Empresarial Eólica (AEE), sino por cada una de las empresas a título privado. Tampoco ha firmado la AEE (¿se está descolgando de las reivindicaciones sectoriales?) el manifiesto que hiciera público esta misma semana otro colectivo de entidades vinculadas al sector de las renovables. Lo contábamos el pasado martes en estos términos: Fundación Renovables, Greenpeace, Fundación EQUO, la Asociación de Productores de Energías Renovables, la patronal de la energía solar termoeléctrica (Protermosolar), Ecologistas en Acción, la Asociación Solar de la Industria Térmica, la Confederación Sindical de Comisiones Obreras, la Comisión Ejecutiva Confederal del sindicato UGT, Eurosolar y la Unión Española Fotovoltaica han firmado hoy un manifiesto en el que señalan que "la aprobación del decreto [que ultima el gobierno] en sus actuales términos hace inviable la puesta en marcha de nuevos parques eólicos a partir de 2013".