APPA reclama ahorro, eficiencia y renovables frente a la opción nuclear de De Palacio

La reunión de ministros de Energía celebrada el pasado fin de semana en Pamplona tenía como tema Fomento de las energías renovables y de la eficiencia energética en Europa e impulso de las interconexiones en la misma y las redes transeuropeas pero para la opinión pública será la de la confirmación de la opción nuclear de la Comisión Europea.

A juicio de APPA "la propuesta de Loyola de Palacio parte de dos errores fundamentales de fondo. El primero es considerar que sólo con la energía nuclear podremos cumplir con Kioto. Bien al contrario, la primera de las medidas para cumplir con el Protocolo de Kioto es gestionar la demanda, política a la que Europa, y nuestro país especialmente, parece haber renunciado de entrada. España despilfarra energía y la prueba es que el consumo de electricidad ha crecido en los últimos años varios puntos más que el PIB".

Más eficiencia y renovables para cumplir Kioto
"Para cumplir Kioto están, además, la búsqueda de una mayor eficiencia y las renovables, que ni hoy ni mañana pueden hacerse cargo del conjunto de la demanda energética, pero que sí podrían hacerlo –en la medida suficiente para cumplir las reducciones de emisiones previstas en Kioto– si de verdad nuestros dirigentes apuestan por ellas. No nos cansaremos de recordar que hace diez años apenas nadie podía pensar que hoy existirían en España más de 3.000 MW de potencia eólica instalada. Entonces era cosa de utópicos hablar de 150 MW. Hoy, cuando queda todavía un gran potencial de energía eólica por explotar, cuando apenas ha iniciado su desarrollo la biomasa –llamada a convertirse en el gran yacimiento energético– no se puede volver a las fórmulas clásicas: fósiles –aunque en este caso sea el gas, menos contaminante pero energía sucia a fin de cuentas– y nuclear sino que hay avanzar decididamente por nuevos caminos", señala APPA en su comunicado.

El segundo error del planteamiento de Loyola de Palacio, según APPA, "es descalificar a las renovables ya que sus costes son superiores a los que ofrecen las convencionales. Falso, rotundamente falso. Lo caro para la sociedad es seguir subvencionando vía presupuestos del Estado, las infraestructuras gasísticas y petrolíferas, las ayudas al carbón, la reparación de daños de los vertidos de petróleo, lo caro es, y será durante generaciones, el tratamiento de los residuos nucleares, la seguridad –recientemente puesta en entredicho– de las centrales nucleares, etcétera. Una cosa es que todos estos, y otros, costes no estén internalizados en el precio del kWh y otra señalar que las energías sucias son más baratas. Las renovables no sólo evitan las emisiones y la generación de residuos sino que además, por su carácter autóctono, ahorran a nuestra economía una importante factura en toneladas equivalentes de petróleo".

Enormes intereses
Desde la Asociación de Productores de Energías Renovables (APPA) agradece a Loyola de Palacio "que en su día tirara a la basura un nefasto borrador de directiva y que haya propiciado la aprobación de un texto que consideramos satisfactorio. Lamentablemente hoy tenemos que señalar su error en recurrir de nuevo a un modelo energético obsoleto en vez de impulsar el desarrollo de uno sostenible. La sociedad europea va por un camino opuesto. La sociedad europea quiere energías limpias, quiere eficiencia, quiere renovables y sólo la tremenda fuerza de ciertos intereses de grandes compañías va en la dirección por la que ha optado nuestra comisaria de Energía. Es un error muy grave".

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