La electrificación de la demanda es fundamental para lograr los objetivos de descarbonización e integración renovable de sectores como el transporte o los usos térmicos. El impulso a la bomba de calor o el vehículo eléctrico son algunas de las vías que deberían fortalecerse para trasladar el éxito del desarrollo renovable en el sector eléctrico a otros consumos, tradicionalmente fósiles. "Superar el 50% de la generación eléctrica renovable es un hito histórico, pero debemos ir más allá con la electrificación de la demanda", apunta José María González Moya, director general de APPA Renovables.
En el año 2023, más de la mitad de la electricidad provino de fuentes renovables, a la vez que la demanda ha sufrido una contracción del 2,4% y ha sido un 5% inferior que en 2021 y un 2,5% inferior al 2020, el año de la pandemia. "Superar el 50% de la generación eléctrica renovable es un hito histórico, pero debemos ir más allá. La electrificación de la demanda, especialmente allí donde se sustituyen de forma directa consumos fósiles, es fundamental para nuestro medioambiente y nuestra economía", ha declarado el director general de APPA Renovables, José María González Moya.
Desde la Asociación señalan que la electrificación de la demanda, especialmente en aquellos casos en los que se pueda realizar una sustitución directa de consumos fósiles, es necesaria para lograr los objetivos de descarbonización, porcentaje de renovables y reducir las importaciones energéticas que, solo en 2022, superaron los 90.000 millones de euros por el alto precio de los combustibles fósiles. "Que se produzca una contracción de la demanda eléctrica, tengamos vertidos de electricidad renovable y, en paralelo, tengamos eso niveles de importación fósil nos debe hacer reflexionar sobre la necesidad de establecer la electrificación como un objetivo estratégico en España", ha concluido González Moya.
El impulso a la bomba de calor o el vehículo eléctrico son algunas de las vías que deberían fortalecerse para trasladar el éxito del desarrollo renovable en el sector eléctrico a otros consumos, tradicionalmente fósiles, como los que se dan en el transporte o los usos térmicos. España es, en la actualidad, el quinto país con la tasa más baja de ventas de bombas de calor de Europa, con 9,8 bombas de calor por cada 1.000 hogares; y también se encuentra en el furgón de cola europeo en la penetración del vehículo eléctrico, siendo las ventas solo el 5%; lo que nos da una idea del potencial de estas medidas.