El artículo, que firma Jonathan Gilbert, el corresponsal de la agencia Bloomberg en el país, y titulado El futuro de la energía limpia de Argentina está en riesgo bajo un nuevo liderazgo, plantea que las perspectivas de un futuro renovable, especialmente eólico, corren peligro tanto por la mencionada crisis financiera -que se viene arrastrando desde el gobierno anterior- como por lo que se augura el "intervencionismo bajo el gobierno del nuevo presidente".
Además de mencionar que eso puede deslindarse a partir de las primeras medidas de la administración del presidente Fernández, en donde se hace mucho hincapié en las posibilidades para ayudar al despegue económico que podría proveer la reserva de shale Vaca Muerta, en la provincia de Neuquén -un proyecto que lleva años sin nunca arrancar del todo-, sino que también todo cambio de gobierno termina afectando de algún modo desarrollo de las renovables.
Controles de capital, menor fomento al desarrollo privado del mercado eléctrico y una renegociación de la deuda de decenas de miles de millones de dólares con entidades financieras internacionales no auguran lo mejor si de preparar un marco apropiado se habla.
Promesas de "desdolarizar" los servicios públicos también hacen temer respecto de los términos de los acuerdos de compra de energía ya cerrados. Un dato: durante los cuatros años de Macri fluyeron 5.400 millones de dólares a partir de las subastas del Programa Renovar. Tampoco se sabe aún si continuará existiendo con rango de subsecretaría la oficina de energía renovable que comandaba Sebastián Kind, lo que abona la teoría de que el sector no es visto entre las prioridades.
Queda por ver si, además de que la restricción de circulación de dólares no impida la importación de insumos para desarrollar los proyectos ya en curso, se puedan efectivizar los 2,3 GW eólicos y 1,1 GW fotovoltaicos ya pactados, un monto de inversiones que ronda los 4.800 millones de dólares.