“Un modelo de asociación único en el mundo. No existe nada parecido en ninguna parte, que sepamos”. El que lo decía, Alberto Ceña, sabe lo que dice. El actual coordinador de los Servicios Técnicos de la Asociación Empresarial Eólica (AEE) trabaja en Bepte, una de las nueve empresas integradas ya en Aemer. “Para nosotros es un reto. El mantenimiento es un tema fundamental. Los aerogeneradores comienzan a acumular años de trabajo y tienen, por tanto, más posibilidades de fallar”.
Pero Aemer no quiere reunir solo a los mantenedores eólicos. “Somos una asociación abierta a todas las tecnologías, que remos contar también con la fotovoltaica, la termosolar, la bioenergía…por eso la asociación se llama de energías renovables”.
El presidente de Aemer, Íñigo Vázquez, de la empresa Revergy, considera que “el momento actual del mercado es absolutamente complicado, y nosotros somos el último eslabón de la cadena. En esta situación, cada cual está haciendo la guerra por su lado”. Y se pregunta “por qué no compartir riesgos y experiencias”.
El objetivo de Aemer es “implantar calidad y seguridad en nuestro trabajo. Y salir fuera, internacionalizarnos”. Porque “somos una potencia en eólica pero, ¿lo somos también en mantenimiento? Entiendo que sí, pero tenemos que demostrarlo”.
No al low cost
Otra de las ideas en las que insistió ayer Íñigo Vázquez fue en la de los precios. “No creo que sea bueno que se nos vea como empresas low cost”. Al contrario, uno de los retos que se plantea la asociación es “definir estándares de calidad y ampararlos todos bajo un sello de calidad”.
Jorge Magán, director gerente de Ingeteam Services, también aboga por unir fuerzas. “Poder salir juntos a mercados internacionales, compartir experiencias, buenas prácticas o procesos de I+D nos hará más fuertes”. Y cita expresamente tres cosas que podrían beneficiar a todos los socios: constituir una “central de compras, una central logística y una central de reparaciones”.
El mantenimiento representa ahora un 20% del coste de generación. Pero la tendencia es reducir esos costes al tiempo que se alarga la vida útil de parques eólicos o plantas solares. “De ahí que prime el precio, no la calidad”, interpelaba ayer alguno de los asistentes al acto de presentación. Que no escondía sus dudas sobre la iniciativa.
Llevar a la práctica las intenciones de Aemer no parece sencillo. Compartir información entre empresas que son competencia, homogeneizar los parámetros de calidad o salir juntos a mercados internacionales suena bien sobre el papel pero habrá que sentarse a la mesa, hablar mucho y encontrar fórmulas en las que todos se sientan a gusto. Ya lo dice Alberto Ceña: “para nosotros es un reto”.
• Nace la Asociación de Empresas de Mantenimiento de Energías Renovables