El anuncio -explican los impulsores de esta iniciativa- coincide con el quinto aniversario del Acuerdo de París, el mayor compromiso climático global suscrito por gobiernos de todo el mundo hasta la fecha. La desinversión de las 47 instituciones católicas, protestantes y judías de 21 países pretende convertirse en herramienta de presión a los gobiernos de todo el mundo, que -según los impulsores de esta iniciativa- se muestran mucho menos ambiciosos de lo que deberían en materia de clima. Las congregaciones religiosas alertan sobre lo que consideran un paso atrás del G20 (que renúe a las veinte economías más poderosas del mundo). La décima quinta reunión del G20 tiene lugar este año en el Reino de Arabia Saudí y, según diversos medios, la organización saudí habría presionado para sacar de la agenda de debate el tema de la suspensión de los subsidios a los combustibles fósiles, lo que ha sido interpretado por algunos analistas como una operación de rescate para un sector que se está viendo fuertemente impactado por la pandemia.
Habida cuenta de esto, lo que está sucediendo en el marco de los actos de preparación para el G20 que lidera Arabia Saudí, "muchos analistas políticos han concluido -alertan las 47 instituciones religiosas- que, cinco años después de alcanzado el Acuerdo de París, los gobiernos no son lo suficientemente independientes de la influencia de la industria de los combustibles fósiles".
La desinversión de los 47
«Mientras los líderes de los gobiernos se aferran a los modelos económicos del ayer, los líderes religosos estamos mirando ya a un futuro energético que compartiremos. Con las energías renovables creciendo más velozmente que los combustibles fósiles, los inversores institucionales están moviendo sus fondos cada vez en mayor medida hacia proyectos sostenibles en la nueva economía de las energías limpias. Los inversores religiosos contribuimos a liderar esa tendencia, constituyéndonos en la mayor desinversión institucional del mundo» [Junto a estas líneas, la iniciativa 350.org expone algunas de las ideas clave del movimiento global por la desinversión en combustibles fósiles].
Según las organizaciones religiosas impulsoras de esta iniciativa de desinversión, esta presión, junto a otros movimientos de otros actores en la misma dirección, están poniendo de manifiesto como nunca "la debilidad inherente de la industria de los combustibles fósiles". Prueba de ello es por ejemplo el reconocimiento de la petrolera Royal Dutch Shell de que la desiversión constituye ya un riesgo material para su negocio.
Según las instituciones religiosas, el anuncio conjunto de hoy demuestra que gente de muchos credos está comprometida con un futuro mejor en clave de energías limpias. Entre los católicos, por ejemplo, el Papa Francisco ha convocado una conferencia -The Economy of Francesco-, que comenzará el próximo 19 de noviembre, y en la que se van a explorar vías católicas innovadoras de desarrollo de una economía sostenible, con especial atención a las generaciones más jóvenes, que deben estar en el centro y al frente de esa exploración. Esta conferencia sigue al anuncio del Vaticano, hecho el pasado mes de junio, animando a los católicos a desinvertir en combustibles fósiles.
