El lanzamiento de la declaración coincide con el inicio de la sexta ronda de negociaciones para modernizar el TCE, "un proceso estéril que, tal y como ha revelado una filtración de dos documentos oficiales de la Comisión Europea (CE), no aspira a dar lugar a resultados reales para alinear el Tratado con los objetivos del Acuerdo de París", señalan los denunciantes.
En un comunicado, explican que los informes de la última ronda de negociaciones celebrada el pasado mes de junio indican que la propuesta de la CE para eliminar la protección de las inversiones en combustibles fósiles de forma gradual no ha sido respaldada por ninguna otra parte y ha recibido el rechazo absoluto de Kazajistán. Un hecho decisivo ya que para introducir cambios sustanciales al Tratado se necesita la unanimidad de todos los países signatarios.
"Este escenario sugiere que la Comisión podría dar nuevas concesiones en el proceso de modernización, debilitando aún más su posición, que ya ha sido calificada como ´insuficiente´. A pesar de ser la parte más ambiciosa en las negociaciones, la CE apuesta por: continuar protegiendo las inversiones existentes en combustibles fósiles durante diez años más; proteger las nuevas inversiones en proyectos relacionados con el gas hasta 2030 e incluso hasta 2040 en algunas ocasiones; y expandir la protección del Tratado a otras energías controvertidas como el hidrógeno o la biomasa", señalan.
Ante esta situación, y cuatro meses antes de que los líderes políticos de todo el mundo se reúnan en Glasgow para avanzar en el desarrollo de medidas más ambiciosas frente a la emergencia climática, la sociedad civil exige coherencia de políticas: "hay que salir del TCE no más tarde de la COP26. Solo así podremos salvaguardar las políticas climáticas y el futuro del planeta”, apuntan desde Ecologistas en Acción y la campaña No a los Tratados de Comercio e Inversión.
Apoyos aún millonarios a los fósiles
Mientras la comunidad científica ha alertado de que el 80% de las reservas conocidas de combustibles fósiles (petróleo, carbón y gas) deben permanecer bajo el suelo para contener el aumento de la temperatura global en 1,5ºC, a día de hoy solo en Europa la infraestructura fósil protegida por el TCE es de 344.600 millones de euros, según los firmantes del comunicado.
Advierten, además, que “cualquier intento por cambiar las políticas o las subvenciones públicas en el sector energético puede dar lugar a demandas millonarias o incluso multimillonarias que se pagan con el dinero de las arcas públicas”. Es lo que ha pasado en los Países Bajos, que en menos de tres meses se enfrenta a dos demandas de 1.400 y 1.000 millones de euros por una ley para eliminar el carbón en 2030.
Países como España y Francia ya han mandado un mensaje tajante a la Comisión Europea, indicando que “si la modernización fracasa, la única vía será la salida del TCE”. La diputada francesa Marjolaine Meynier-Millefert (LREM) y el diputado español Germán Renau Martínez (PSOE) también se han hecho eco y han pedido una salida del TCE coordinada a nivel europeo, o de lo contrario, entre varios países.
Más de 500 miembros de la comunidad científica –entre ellos Jean-Pascal van Ypersele, vicepresidente del IPCC– y más de un millón de personas en toda Europa también han pedido a los gobiernos que pongan fin a la protección de los combustibles fósiles y abandonen el TCE.