La lista de ciudades incluye, además, a Berlín, Heidelberg, Lisboa, Copenhague, Nueva Delhi, Guadalajara (México), Jakarta, Los Ángeles (EEUU), Lima, Londres, Medellín (Colombia), Milán, Quito, Seúl, Estocolmo, Sydney, Tokio y Washington, entre otras. Los representantes de las 35 urbes reconocen en el documento final que respirar aire puro es un “derecho humano” y se comprometieron a trabajar juntos para formar una “coalición global sin precedentes por el aire limpio”.
Según informa el último newsletter "De la cuna a la cuna", de la Fundación para la Economía Circular, esta iniciativa les insta a aplicar “objetivos ambiciosos de reducción de la contaminación y a poner en marcha importantes políticas” al respecto de aquí a 2025. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que nueve de cada diez ciudadanos en todo el mundo respiran aire de mala calidad diariamente, y cada año mueren siete millones de personas por la contaminación atmosférica, la mayoría pertenecientes a las comunidades más pobres y vulnerables.
Los firmantes, que se comprometieron a publicar los progresos para alcanzar sus objetivos, calculan que se podrían evitar 40.000 muertes cada año reduciendo la media anual de concentraciones de partículas al aire libre PM 2,5 (con un tamaño inferior a 2,5 micras) a los niveles recomendados por la OMS.
Entre las herramientas de las que disponen los gobiernos municipales para mejorar la calidad atmosférica, los firmantes mencionaron la expansión del transporte con bajas o cero emisiones, promover combustibles para calefacción y cocina más limpios e incentivar el uso de la bicicleta.
Un estudio difundido por el C40 estima que si todas las ciudades del grupo optaran por un transporte, edificios e industrias “limpios”, las emisiones de gases invernadero disminuirían un 87%, la concentración de PM 2,5 casi un 50%; y se impedirían más de 220.000 muertes prematuras al año.
Un problema global con soluciones locales
Según explicó el alcalde de Copenhague y anfitrión de la conferencia C40, Frank Jensen, la declaración muestra cómo las ciudades pueden actuar como actores críticos cuando se trata de proteger el medioambiente. "La contaminación del aire es un problema global, pero tiene una solución local", afirmó. "No queremos que esta declaración siga siendo un simple eslogan", agregó. "Actuaremos con contundencia".
Copenhague lleva años actuando contra la contaminación del aire y su objetivo es convertirse en la primera capital del mundo climáticamente neutra para 2025. Este año, la ciudad ha puesto en servicio 400 autobuses eléctricos y planea electrificar sus transbordadores para el próximo año. Para 2030, Dinamarca prevé reducir sus emisiones de CO2 en un 70%.
Hay más ciudades comprometidas a mejorar la calidad atmosférica. En París, por ejemplo, donde la calidad del aire está por encima del promedio, la alcaldesa Anne Hidalgo ha declarado la guerra a los automóviles. Desde julio, los vehículos diesel registrados antes de 2001 ya no pueden conducir en el centro de la ciudad. Hidalgo también planea prohibir todos los automóviles con motores de combustión en el centro de París para 2030. Además, se está construyendo el "Grand Paris Express", un ferrocarril que circundará la ciudad y tendrá conexión con la red de líneas de metro. Otra de las actuaciones en marcha, iniciada en2014, es la plantación de árboles, que ha conducido a que en los últimos cinco años se hayan plantado 15.000 árboles nuevos.
En la UE, las emisiones de gases de escape están reguladas por la Directiva de Calidad del Aire de 2008, que fue complementada cinco años después por el denominado Paquete de Aire Limpio, el cual establece valores máximos para contaminantes y objetivos de reducción para 2020 y 2030. Sin embargo, las ciudades y regiones exceden de manera repetida los valores máximos permitidos, como muestra el último informe de calidad del aire de la Agencia Europea del Medio Ambiente.