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Esa vendría a ser grosso modo una de las conclusiones principales del Informe Especial 18/2023 Objetivos climáticos y energéticos de la UE, que acaba de publicar el Tribunal de Cuentas Europeo. Los auditores de la Unión destacan en ese informe que (1) las emisiones de CO2 vendrían a ser significativamente mayores en la UE si se contabilizaran "las causadas por el comercio, y la aviación y el transporte marítimo internacionales"; y (2), aunque Bruselas se ha comprometido a destinar como mínimo el 30% de su presupuesto del período 2021-2030 a acción por el clima (lo que supone aproximadamente 87.000 millones de euros al año), ese importe no alcanza siquiera el 10% de la inversión total necesaria en el logro de los objetivos climático-energéticos para 2030, que la propia Unión estima aproximadamente en un billón de euros anuales.
La UE maquilla sus emisiones de gases de efecto invernadero

El Tribunal de Cuentas Europeo (el Tribunal) acaba de publicar el informe Informe Especial 18/2023, en el que ha examinado si la UE ha extraído enseñanzas del logro de los objetivos fijados para 2020 (objetivos climático-energéticos), enseñanzas que la ayuden a alcanzar los objetivos más ambiciosos establecidos para 2030. La primera conclusión del informe es que la Unión Europea ha cumplido con sus objetivos climáticos y energéticos para 2020 no tanto por la eficacia de sus políticas, no tanto por haber hecho los deberes, como por "factores externos", como la crisis financiera de 2009 (desencadenada por la bancarrota de Lehmann Brothers) o la pandemia de Covid19, que confinó a la ciudadanía y paralizó como nunca las economías. A la vista de ello, y de toda la información recabada en el marco de este estudio, los auditores cuestionan las posibilidades de éxito del plan de la UE de reducir, para 2030, las emisiones de gases de efecto invernadero en un 55% con respecto a los niveles de 1990, pues han hallado "pocos indicios de que las acciones emprendidas para lograr los objetivos climáticos y energéticos para 2030 sean suficientes". Esas serían las dos principales conclusiones del informe del Tribunal de Cuentas Europeo.

Sobre el informe
La Comisión Europea notificó en octubre de 2022 que la UE había alcanzado sus tres objetivos climáticos y energéticos para 2020. Según los auditores, este logro no se debió únicamente a la acción por el clima de la UE, sino que, "con toda probabilidad, la Europa de los Veintisiete no habría alcanzado sus objetivos de eficiencia energética si no hubiera disminuido el consumo como consecuencia de la crisis financiera de 2009 y de la pandemia de Covid19".

Los auditores también aprecian falta de transparencia en el modo en que los Estados miembros han cumplido sus objetivos nacionales vinculantes con planes flexibles: algunos países de la UE no han contribuido como se esperaba, y otros -explica el informe- han empleado medios distintos para lograr sus objetivos, como comprar asignaciones de emisiones o cuotas de energías renovables a otros Estados miembros que habían superado sus objetivos.

Los auditores han hallado "escasa información sobre el coste real de lograr los objetivos para el presupuesto de la UE, los presupuestos nacionales y el sector privado, así como sobre las acciones que han demostrado ser eficaces". Por todo ello, el informe del Tribunal considera que "es difícil para los ciudadanos y las partes interesadas determinar si la UE está alcanzando sus objetivos globales de manera efectiva en términos de costes, y extraer enseñanzas aplicables a los próximos objetivos para 2030".

Joëlle Elvinger, miembro del Tribunal que dirigió la auditoría: "necesitamos más transparencia con respecto al rendimiento de la UE y de sus Estados miembros en las acciones climáticas y energéticas. También creemos que todas las emisiones de gases de efecto invernadero producidas por la UE deberían tenerse en cuenta, sin excluir las derivadas del comercio y de la aviación y el transporte marítimo internacionales. Esto es importante porque la UE se ha comprometido a ser líder mundial de la transición hacia la neutralidad climática"

Tribunal de Cuentas Europeo
«En el cómputo de las emisiones de gases de efecto invernadero de 2020 en la UE no están incluidas las emisiones derivadas del comercio, causadas por la fuga de carbono (que, de tenerse en cuenta, se estima que las incrementarían aproximadamente en un 8%), y las procedentes de la aviación y el transporte marítimo internacionales (que supondrían, respectivamente, un 3,4% y un 3,6%)»

Los auditores confirman que los resultados obtenidos por la UE en la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero son "satisfactorios comparados con los de otros países industrializados". Sin embargo, la UE -insisten- no tiene en cuenta todas sus emisiones, que vendrían a ser un diez por ciento mayores si se contabilizaran las causadas por el comercio, y la aviación y el transporte marítimo internacionales.

De cara al futuro, el Tribunal se muestra particularmente preocupado por "la falta de indicios de financiación suficiente disponible para alcanzar los objetivos más ambiciosos para 2030, procedente, en particular, del sector privado, del que se espera una contribución significativa".

La Comisión también ha notificado que los países de la UE no tienen ambición por lograr los objetivos de eficiencia energética para 2030, pues ya se demostró que el mismo objetivo para 2020 -el de eficiencia energética- había sido el más difícil de alcanzar.

Además, según el informe del Tribunal, varias propuestas de incrementar aún más los objetivos (especialmente las propuestas del paquete de medidas Objetivo 55 y de REPowerEU Plan) aumentarán las necesidades financieras.

Esas propuestas de incremento de la ambición -dice el Tribunal- también se basan en supuestos que no consideran suficientemente cuestiones conocidas (como la dependencia energética de Rusia), o bien (como han demostrado auditorías anteriores) no se materializan según lo previsto (por ejemplo, que los Estados miembros aplicarán plenamente las políticas vigentes).

El Tribunal de Cuentas Europeo recomienda a la Comisión que
• ofrezca mayor transparencia sobre el rendimiento de la UE y sus Estados miembros con respecto a la acción en materia de clima y energía;

• contabilice todas las emisiones de gases de efecto invernadero generadas por la UE, incluidas las emisiones incorporadas en el comercio y las procedentes de la aviación y el transporte marítimo internacionales.

• apoye el compromiso de los Estados miembros de lograr los objetivos para 2030.

Información de referencia
Para responder al cambio climático, la UE se ha fijado objetivos cada vez más ambiciosos destinados a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, incrementar el uso de energías renovables y promover la eficiencia energética. Según la reglamentación de la UE, los Estados miembros debían presentar sus planes nacionales de energía y clima para el período 2021 2030.

Antes del 30 de junio de 2023, los Estados miembros deberán presentar proyectos de planes actualizados que refleje la mayor ambición de los objetivos de la UE, y que deberán estar terminados para mediados de 2024.

Se espera que este informe de auditoría ayude a la Comisión a evaluar estos proyectos de planes, y a los Estados miembros, a terminarlos.

La UE se ha comprometido a destinar como mínimo el 30% de su presupuesto del período 2021-2030 a acción por el clima, lo que supone aproximadamente 87.000 millones de euros al año, importe inferior al 10% de la inversión total necesaria en el logro de los objetivos para 2030, que se estima aproximadamente en un billón de euros anuales.

Se espera que la inversión restante proceda de la financiación nacional y privada.

Acceso al Informe Especial 18/2023 «Objetivos climáticos y energéticos de la UE: Se han alcanzado los objetivos fijados para 2020, pero existen pocos indicios de que las acciones para lograr los establecidos para 2030 vayan a ser suficientes», puede consultarse en el sitio del Tribunal.

En los últimos años se han publicado numerosos informes relativos al cambio climático.

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