Los médicos, enfermeros y otros profesionales sanitarios están en la primera línea de esta pandemia y son voces de confianza y razón científica. La pandemia los ha expuesto a pérdidas de vidas, enfermedades y angustia mental a niveles nunca vistos en décadas, según destacan desde European Climate Foundation. Sin embargo, en el manifiesto indican que la escala de este dolor podría haberse mitigado, al menos parcialmente, con inversiones adecuadas en preparación para pandemias, en la salud pública y en una mejor gestión del medio ambiente.
"Antes de la COVID-19, la contaminación atmosférica —causada, principalmente por eltráfico de vehículos, el uso ineficiente de la energía para cocinar y calentar los hogares, las centrales eléctricas de carbón, la quema de desechos sólidos y las prácticas agropecuarias— ya estaba debilitando nuestra salud", indican. "La contaminación atmosférica aumenta el riesgo de sufrir enfermedades y de agravar sus síntomas (entre otras, neumonías, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, cáncer de pulmón, cardiopatías y accidentes cerebrales vasculares), unos efectos que dan lugar a siete millones de defunciones prematuras cada año. Además, tiene efectos en el feto, como el bajo peso al nacer y el asma, que incrementan la carga de trabajo de nuestros sistemas de atención sanitaria", subrayan.
"Si queremos que el mundo se recupere de esta crisis de forma saludable, no podemos permitir que la contaminación continúe nublando el aire que respiramos y ensuciando el agua que bebemos, ni que el cambio climático y la deforestación continúen adelante, desencadenando, posiblemente, nuevas amenazas para la salud de las poblaciones vulnerables", añaden.
En esta línea, destacan que para una recuperación saludable de nuestras economías hay que ofrecer incentivos y aplicar medidas disuasorias más inteligentes: "Si los gobiernos reconsideran por completo los subsidios que conceden a la explotación de combustibles fósiles y apuestan decididamente por la producción de energías renovables y no contaminantes, nuestro aire estará más limpio y se reducirán drásticamente las emisiones causantes del cambio climático, impulsando una recuperación económica que estimulará un aumento del PIB mundial de casi US$ 100 billones de aquí a 2050".
Los firmantes de la carta, que representan colectivamente a más de la mitad de la fuerza laboral mundial de la salud y la medicina, piden, además, participar directamente –a través de los directores de salud de cada país– en la elaboración de todas las medidas de estímulo de la economía. En España, el manifiesto ha sido firmado por la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria. A escala mundial, cuenta con el respaldo de Global Climate and Health Alliancey la Organización Mundial de la Salud, entre otras entidades.
Un planeta sano para una vida sana
Esta carta de los profesionales sanitarios a los Jefes de Estado sigue al reciente llamamiento a la acción que hicieron con el fin de convencer a los dirigentes de todas las naciones de que dupliquen sus compromisos con el Acuerdo de París. En otro reciente documento, destacados economistas sostienen que las medidas de estímulo ecológico respetuosas con la naturaleza y el clima tienen importantes beneficios económicos -para el crecimiento y el empleo- que son necesarios para recuperarse de la pandemia de Covid-19.
La Agencia Internacional de Energías Renovables, IRENA, indica, por su parte, que si los países realizaran inversiones adecuadas en energías renovables de aquí a 2050, se cuadruplicaría el número de puestos de trabajo en este sector hasta alcanzar los 42 millones, en un momento en el que, según la OIT, la mitad de los puestos de trabajo del mundo están en riesgo.
Buenas prácticas en el sector médico
El propio sector médico también tiene un gran impacto en el calentamiento global y muchos proveedores de servicios sanitarios se están involucrando más en las soluciones climáticas. European Climate Foundation aporta dos ejemplos de ello: el del Servicio Nacional de Salud del Reino Unido, que ha reducido sus emisiones en casi una quinta parte en la última década y se ha comprometido a llegar a emisiones netas cero antes de 2050; y lass resoluciones aprobadas en 2018 en Estados Unidos por la Asociación Médica Americana y el Colegio Real de Médicos Generales pidiendo la desinversión de las empresas de combustibles fósiles.
Otro ejemplo, también en Estados Unidos, lo encontramos en los hospitales de Boston y Wisconsin, que están generando ya su propia electricidad de bajo consumo, lo que demuestra cómo el sector sanitario puede dar un ejemplo para hacer realidad una recuperación sostenible.