El SUV de Xiaomi quiere fijar un punto de inflexión en la estrategia de la empresa china, que tiene como objetivo alcanzar una valoración en su segmento de movilidad de hasta 10.000 millones de dólares. Todavía se desconocen detalles del nuevo vehículo, como las especificaciones o los precios, y todo se condiciona a la evolución de la capacidad de absorción por el mercado de los automóviles en China, fuertemente controlado por la asiática BYD y la americana Tesla. La firma no prevé que este SUV (Sport Urban Vehicle) entre en producción hasta finales de 2025, cuando finalizará la construcción de la expansión de su fábrica de ensamblaje en Pekín (China). Así, y de momento, dará prioridad a la producción del SU7, con una capacidad máxima de 10.000 entregas al mes. A finales de abril -y según informa la agencia Europa Press-, Xiaomi tenía confirmados cerca de 90.000 perdidos desde el debut de este modelo a finales de marzo. Desde el anuncio de su primer coche eléctrico, las acciones de Xiaomi se han disparado en el mercado más de un 30%, acercándose a su nivel más alto de los últimos dos años y medio.
Mientras concreta sus planes, la compañía asiática prevé alcanzar el punto de equilibrio en su negocio de automóviles en 2026, dos años antes de lo previsto, gracias a una mejora de la capacidad de producción y una acogida positiva por parte del mercado. Se espera que la compañía llegue a duplicar las entregas de coches hasta las 240.000 unidades en 2025.