En una época en la que se espera un gran número de desplazamientos, ya sea para volver a casa para visitar a familiares y amigos o de vacaciones por Navidad, Greenpeace ha comparado el coste de esos desplazamientos en tren y en avión. En concreto, ha analizado 20 rutas peninsulares entre seis de las principales ciudades españolas en dos de las fechas más concurridas para viajar en diciembre: los días 21 y 22, justo antes de las fechas más señaladas, cuando la mayoría de la ciudadanía vuelve a casa por Navidad.
Ir en tren cuesta el doble
En las rutas analizadas para los días 21 y 22 de diciembre, el precio de los billetes de tren es, de media, 1,9 veces más alto que el de los vuelos. Según el análisis realizado, sólo en 5 de las 20 rutas estudiadas es más barato viajar en tren que en avión. Por ejemplo, la ruta de Barcelona a Santiago es en la que se produce la mayor diferencia de precio entre los billetes de tren y de avión, ya que coger el tren en Navidad es de media 3,57 veces más caro que viajar en avión. [Bajo estas líneas, comparativa de rutas y viajes en tren más caros comparados con los vuelos, duración y emisiones]
Otras rutas nacionales que destacan por la brecha entre los precios de avión y de tren son Sevilla-Bilbao, Santiago-Valencia y Málaga-Bilbao, donde en todas ellas el precio del billete de tren es más del triple que el precio del avión. En rutas muy populares como son Sevilla-Barcelona o Málaga-Barcelona, que se pueden realizar fácilmente en menos de 6 horas, también el tren costaba más del doble que el avión.
Así mismo, para las rutas en tren con una duración en torno a las 3 horas, en las que el tren debe ser el medio de transporte preferente, por comodidad, confort y fiabilidad, como las rutas Madrid-Málaga, Madrid-Santiago y Madrid-Sevilla el tren es injustamente entre un 37% y un 15% más caro que el avión.
Transporte público asequible
Cristina Arjona, responsable de la campaña de movilidad de Greenpeace: "Los billetes de avión más baratos pueden parecer una ganga al principio pero, en realidad, suponen un coste oculto para el planeta. El transporte ferroviario sostenible sigue siendo inasequible para muchas personas en nuestro país, esto sigue perpetuando una preferencia hacia el avión injusta y perjudicial para el medio ambiente ya que es el medio de transporte más contaminante. El Gobierno debe abordar urgentemente este sistema sesgado y hacer que los viajes en tren sean asequibles y accesibles para todas las personas, empezando por aquellos trayectos donde el viaje en tren supone menos de 6 horas y por tanto el avión es más fácilmente prescindible".
Por ello, desde Greenpeace recuerdan que si se pusiera en marcha en todo el país "el abono único de transporte", con tarifa plana para todo el territorio, sería más fácil viajar de forma sostenible y a precios más competitivos, por lo que piden que este nuevo abono se implante en 2024.
El tren emite 6 veces menos CO2 que el avión
Tal y como se refleja en el análisis, el transporte ferroviario produce de media 6 veces menos emisiones de CO2 por cada trayecto de los analizados que el avión, pero este análisis también deja claro que el avión sigue siendo por lo general, injustamente más barato y, a menudo, más sencillo de utilizar en la mayoría de las rutas analizadas. Esto se debe, en parte, a una normativa desigual que beneficia a las aerolíneas de bajo coste a expensas del clima y de los derechos de los trabajadores.
El estudio de los ecologistas revela que estas aerolíneas operan en 15 de las 20 rutas incluidas en el informe y, a su vez, son las que cubren los trayectos entre ciudades a un precio inferior que en tren. De las 20 rutas analizadas, el avión, a pesar de ser más contaminante, es más barato, de media, que el tren en 15 de ellas. Sólo las rutas entre Barcelona-Valencia, Madrid-Valencia, Madrid-Bilbao son más económicas de realizar en tren que en avión en todos los trayectos analizados.
Las reglas de juego del transporte
Greenpeace explica que existen distintas reglas de juego para cada medio de transporte, lo que impacta en el precio de los billetes del tren y da lugar a enormes diferencias en las tarifas. En el análisis realizado se observa cómo para algunos trayectos, como el de Santiago de Compostela-Barcelona, el precio en avión es hasta 7 veces más barato que el mismo trayecto en tren. Esto se explica por las bonificaciones y los distintos impuestos que paga cada medio de transporte, ya que las aerolíneas mantienen sus precios artificialmente bajos entre otros motivos al no pagar impuesto sobre el queroseno. En cambio, los operadores ferroviarios tienen que pagar impuestos sobre la electricidad que consumen, aunque sea renovable, yendo en contra del principio de que el que contamina, paga, además de cánones por el uso de las vías.
En España, con la red de alta velocidad más amplia de Europa, que además podría complementarse con la red convencional, muchos de los viajes que en la actualidad se realizan en avión pueden ser fácilmente sustituibles por el tren. En estos casos, el precio es un factor fundamental en la toma de decisiones de la persona que viaja. Por ello, para conseguir que se reduzcan emisiones de CO2 es necesario que los precios de los billetes de tren sean más competitivos y asequibles.
Modelo centralizado y desigualdad territorial
Tal y como se extrae del informe, uno de los grandes retos del transporte por ferrocarril en España es superar la desigualdad territorial. Los trayectos que conectan con el norte o el sur de la Península o los que no pasan por Madrid, son aquellos en los que los precios siguen siendo elevados y en muchas ocasiones el avión se convierte en la única alternativa posible. Aunque hay vuelos directos a todas las ciudades analizadas, no existen conexiones de tren directas entre varias de ellas, como Bilbao-Santiago y Valencia-Bilbao y, por ejemplo, entre Barcelona y Bilbao sólo existe un tren al día. Además, viajar de Barcelona a Santiago, de Sevilla a Bilbao o de Málaga a Bilbao es, de media, hasta tres veces más caro en tren que en avión.
Si se realiza el análisis por trayectos, esta diferencia puede llegar a ser hasta más de siete veces más alta en tren que en avión, como es el caso del trayecto Santiago-Barcelona el día 21 de diciembre, donde el precio del tren era de 114,60 euros, mientras que el del avión era únicamente 14,99 euros. Además, en muchas de las rutas en tren para estos destinos requieren hacer transbordo en Madrid.
Estos datos muestran que, en muchos casos, para la ciudadanía sale más rentable coger el avión que el tren, algo "inaceptable" para los ecologistas al ser el medio de transporte más contaminante. Por ello, recuerdan que "la ciudadanía quiere viajar de forma sostenible, pero el sistema se lo sigue poniendo complicado". En un contexto de emergencia climática como el actual y tras la cumbre de la COP 28 donde se ha puesto el foco en la reducción de los combustibles fósiles, "es necesario dejar atrás los modos de transporte más perjudiciales para el clima e ir avanzando hacia medidas como la implantación de los billetes climáticos o abonos únicos de transporte que consigan que el ferrocarril se convierta en el modo de transporte más fácil y asequible de usar", reclaman.