Las pruebas, realizadas por IFP Energies Nouvelles para la organización T&E, también revelan que, al quemarse, la gasolina sintética provoca casi tres veces más emisiones de monóxido de carbono y hasta dos veces más de amoníaco. "Estas pruebas confirman que las propuestas de la industria para permitir lagunas en los objetivos de CO2 de los coches de la UE condenarían al público a décadas más de contaminación atmosférica evitable", afirman desde T&E.
Los combustibles sintéticos* también aumentarían los costes para los conductores: el funcionamiento de un coche con e-combustibles durante cinco años costará a un automovilista 10.000 euros más que el funcionamiento de un coche eléctrico de batería, según otro análisis reciente.
T&E afirma que los eurodiputados y los gobiernos, que actualmente están decidiendo las futuras normas de CO2 de los coches, no deberían permitir ningún tipo de crédito para los combustibles en la normativa. "Apostar por la gasolina electrónica o el gasóleo electrónico -tecnologías muy incipientes- para limpiar los vehículos nuevos o existentes desviaría la atención de la verdadera solución, los vehículos de cero emisiones, y por tanto socavaría la ambición del Pacto Verde de Europa", concluyen.
* Se llama combustible o carburante sintético a la gasolina, el queroseno y el gasóleo obtenidos mediante procesos termoquímicos a partir de carbón, de gas natural o de biomasa.