JAXA y Toyota firmaron un acuerdo de investigación para trabajar en el vehículo presurizado de exploración lunar tripulado a mediados de 2019, "con una fecha estimada de lanzamiento para la segunda mitad de la actual década". De manera conjunta, están trabajando tanto en la producción de piezas de prueba para las necesidades de cada elemento tecnológico como en el prototipo propiamente dicho. El trabajo de desarrollo incluye la realización de simulaciones para confirmar la potencia y la capacidad de disipación del calor durante el uso y conducción del vehículo, la valoración de diferentes prototipos de neumáticos y el uso de realidad virtual y modelos a escala real para analizar la ubicación del equipamiento necesario en la cabina de tripulantes del Lunar Cruiser.
El nombre del vehículo lunar ha sido elegido -informa Toyota- por su parecido con el del todoterreno más conocido de la marca japonesa, el Land Cruiser, y porque resultaba familiar "tanto a los ingenieros involucrados en su desarrollo y producción, como al público en general". El fabricante japonés explica en un comunicado que quiere así apelar además "a la calidad, durabilidad y fiabilidad que se espera del vehículo de exploración espacial, cualidades que Toyota lleva años asociando a su todoterreno más legendario, con el que sus propietarios sabían que volverían vivos de cualquier lugar".
Más allá del romanticismo asociado a cualquier forma de exploración, Toyota ha anunciado por otra parte que, junto a JAXA, se dispone a reunir "el conocimiento, experiencia y capacidad tecnológica de empresas de diferentes industrias con el objetivo de llevar a cabo el sueño de nuevas actividades en la superficie lunar, avanzando de la mano del Team Japan, iniciativa liderada por JAXA, Toyota y Mitsubishi Heavy Industries Ltd que, desde agosto de 2019, ha dado forma a tres grupos de trabajo y un panel de discusión para la co-creación de una sociedad lunar, con la participación de más de 100 empresas".
La idea de JAXA y Toyota es producir hidrógeno con agua y electricidad. La electricidad la generarían las placas solares de las que será dotado el Lunar Cruiser y serviría para llevar a cabo el proceso de electrólisis: rompemos la molécula del agua inyectándole electricidad y obtenemos por una parte Hidrógeno (H2) y, por otra, oxígeno. Para la primera misión -explican desde Toyota-, el hidrógeno y el oxígeno necesarios serán transportados desde la Tierra. El hidrógeno sería utilizado como combustible por el vehículo, proceso durante el cual genera un subproducto, agua, que también sería aprovechable en ese entorno.