Este nuevo plan se incluye en los objetivos gubernamentales de reducir las emisiones de carbono, mejorar la calidad del aire y ofrecer oportunidades económicas para el Reino Unido.
"La transición al transporte por carretera sin emisiones es inevitable y deseable, y mejorará la calidad del aire en muchas de nuestras ciudades. Los vehículos eléctricos de célula de combustible pueden jugar un papel vital junto a los vehículos eléctricos de batería en la reducción de las emisiones dañinas”, ha declarado el ministro británico de Transportes, John Hayes.
“Somos conscientes de que la disponibilidad de la infraestructura de reabastecimiento de hidrógeno puede ser un obstáculo para la penetración de estos vehículos. Es por eso que estamos proporcionando apoyo que genere la confianza necesaria en las partes interesadas para seguir invirtiendo en esta nueva tecnología emergente y ayudarnos, así, a lograr nuestro objetivo de que los coches y furgonetas nuevos sean de emisión cero para 2040”, añadió Hayes.
Paul Van der Burgh, presidente y director Gerente de Toyota en RU, considera también que los vehículos eléctricos de hidrógeno pueden desempeñar un papel importante en la transición a una sociedad de bajas emisiones. Toyota, que eligió el Reino Unido como uno de los primeros mercados internacionales para su coche de hidrógeno Mirai, ha aplaudido la llegada de este nuevo fondo de financiación y ha dicho que la compañía seguirá trabajando con el gobierno, las organizaciones y los socios de la industria para ayudar al Reino Unido a desarrollar todo el potencial del hidrógeno como una fuente de energía limpia y sostenible.
Frente a los vehículos eléctricos de batería, los de hidrógeno tienen la ventaja de que se pueden recargan rápidamente y pueden hacer alrededor de 300 millas por tanque (480 km), generando solo agua como subproducto.
El gobierno británico está trabajando estrechamente con la industria del sector automotriz y ya asignó esta legislatura 600 millones de libras (cerca de 700 M€) a los vehículos de bajas emisiones. Una cantidad a la que en otoño pasado añadió otros 390 millones de libras (454 M€) destinadas a los vehículos de emisiones ultrajabas y sin conductor.