En un nuevo informe que acaba de publicar, el ICTT muestra que cualquier programa de sustitución de vehículos sin un umbral de CO2 en España no tendría prácticamente ningún impacto en las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI). Esto se debe –explican– al hecho de que un vehículo nuevo de gasolina o diesel emite aproximadamente la misma cantidad de CO2 que un vehículo del año 2005.
El informe del Consejo Internacional de Transporte Limpio también muestra que sólo se lograron ahorros relativamente pequeños en CO2 y contaminantes del aire con los programas anteriores de sustitución de vehículos, y a un alto coste. Además, proporcionar primas de compra para los vehículos que superen el objetivo obligatorio de CO2 para 2021-2024 sería contradictorio con las medidas de regulación de emisiones de la Unión Europea.
Isabell Bushel, directora de la ONG Transporte y Medio Ambiente en España, afirma que "los políticos no deberían gastar el dinero de los contribuyentes en tecnologías antiguas que no harán otra cosa que aumentar las emisiones de CO2 y ralentizar la transformación ya en marcha de la industria del automóvil. La evidencia más reciente (informe del ICCT de mayo de 2020) muestra que sustituir un coche de 2005 por un modelo convencional de 2020 solo permite ahorrar un 1% de CO2 en el mundo real durante la vida útil del coche"
Por el contrario, añade, "los coches libres de emisiones reducirán las emisiones de CO2 un 76% en el mundo real, beneficiando el clima, la salud de los españoles, así como a los fabricantes de automóviles que invirtieron cerca de 60 mil millones de euros en vehículos eléctricos y la producción de baterías en Europa el año pasado. Cuanto más posponga España este cambio hacia la movilidad eléctrica, más perderá".
El informe de ICCT pone de relieve también que primar la compra de vehículos eléctricos híbridos y de vehículos con motor de combustión por debajo de los 110 g/km de CO2 reduce poco los niveles de emisión de contaminantes: en torno a un 13%.
Mirando a Alemania
El paquete de recuperación alemán, de 130.000 millones de euros y aprobado justo ayer, tiene uno de sus pilares precisamente en la movilidad eléctrica y en la innovación. No incluye un solo incentivo para comprar coches de diésel y gasolina.
El paquete duplica la prima actual a la adquisición de estos vehículos, que pasa de 3.000 a 6.000 euros; para los automóviles híbridos y con conexión a la red eléctrica se destinan 2.200 millones de euros hasta diciembre de 2021; y a infraestructura de carga e investigación sobre movilidad eléctrica y baterías otros 2.500 millones de euros. Por el contrario, los coches con altas emisiones tendrán que pagar un impuesto más alto.
Además, se apoyará con 2.000 millones a los fabricantes de automóviles y proveederores para el desarrollo de nuevas tecnologías e innovaciones.
El hidrógeno también recibe un importante impulso en el plan de recuperación alemán: 7.000 millones de euros para el establecimiento de una infraestructura basada en este vector de energía. Busca, asimismo, fomentar el tráfico ferroviario. En concreto, la Deutsche Bahn (compañía ferroviaria alemana), recibirá 5.000 millones de euros adicionales para aumentar su capital.
Al margen de este paquete, el gobierno federal apoyará la financiación del transporte público local con 2.500 millones de euros este año ya que la pandemia ha reducido considerablemente los ingresos por billetes.
"El gobierno alemán ha enviado hoy una importante señal a sus vecinos de la UE y al mundo: un paquete de recuperación centrado en industrias con futuro es la mejor manera de salir de la crisis. Al fortalecer las inversiones ecológicas y abstenerse de prestar apoyo adicional a los automóviles de gasóleo y gasolina, Alemania da un buen ejemplo de lo que podría ser una recuperación ecológica, justa y resistente de una economía industrializada", ha declarado Alexander Reitzenstein, Asesor Principal de Política, E3G Berlín.