Uso compartido (no tendrás que comprarte la moto), uso por suscripción (no tendrás que pagar cada vez que la coges). Eso es Molo, una empresa valenciana que ofrece un servicio de moto compartida previa suscripción (además, se compromete a limitar los suscriptores con el fin de que el usuario disponga en todo momento de un mayor número de vehículos). Molo oferta varios planes de suscripción: Molo Libre (el de los 20 euros y los 800 minutos) y Molo Pro (85 euros, 1.600 minutos al mes). Desde que la compañía abrió su servicio, en septiembre del año pasado, la mayor concentración de uso se ha registrado de lunes a viernes de 08 a 10 horas, y de 18 a 20 horas. Las motos que comparte el cliente son 100% eléctricas y equivalentes a una convencional de 125 centímetros cúbicos. Según la empresa, durante los 9 meses que lleva de operación, los usuarios han recorrido en sus vehículos más de 430.000 kilómetros (alrededor de 110.000 desplazamientos) y han evitado la emisión de más de 10 millones toneladas de CO2.
Con motivo de la celebración de las elecciones, Molo ha hecho llegar a los candidatos políticos que se presentan a municipales de Valencia (Compromís, PP, PSPV, Unidas Podemos y Ciudadanos) cinco iniciativas que incentiven la moto compartida para mejorar la movilidad urbana. Son estas:
• Incentivos a empresas que prestan el servicio de moto compartida: Molo considera necesario que las distintas administraciones apoyen con incentivos, tanto a las empresas que den este tipo de servicio, como a los usuarios que lo utilicen. Un ejemplo -apuntan desde la empresa- podría ser algún impuesto especial de circulación para esta clase de vehículos. Porque los impuestos -explican desde la empresa- también deben evolucionar, junto a los cambios de paradigma y la economía sostenible. Molo propone así un incentivo fiscal directo a usuarios que utilicen esta modalidad de movilidad urbana.
• Incentivos a empresas para que promuevan entre sus empleados el uso de estos servicios: el desplazamiento diario para ir al trabajo causa la mayor parte del tránsito de vehículos privados en la ciudad, así como en su extrarradio. Molo cree que empresas e instituciones que tienen su actividad en València, en sectores clave como el comercio, la hostelería, la sanidad, la administración pública, etcétera, podrían promover entre sus empleados el uso cotidiano de este tipo del transporte sostenible compartido: "se trata de democratizar la movilidad, facilitando el día a día de aquellos que se desplazan a su puesto de trabajo, bien desde la propia ciudad o bien desde el extrarradio, ofreciendo alternativas de transporte eficaces y sostenibles". Con este fin -apuntan desde Molo-, el establecimiento de incentivos para estas empresas ayudaría a fomentar el uso compartido de vehículos eléctricos.
• Analizar mejor las tasas del Ayuntamiento: Molo declara que no está en contra de establecer tasas, pero cree que las distintas administraciones, locales y estatales, deberían estudiar más a fondo toda la cadena de valor de los servicios de alquiler de motos eléctricas compartidas antes de aplicar tasas en el sharing. "Es necesario -explican desde Molo- tener en cuenta la demanda existente y futura de este tipo de servicios, así como su participación en la mejora real de los problemas de movilidad urbana.
• Una solución para moverse desde el centro al extrarradio. En Molo consideran "imprescindible" estudiar soluciones para que este tipo de servicios se transformen en "aliados para aportar soluciones al transporte en toda el área metropolitana de ciudades como València, posibilitando la conexión con el extrarradio, clave para poder conectar áreas a las que no llegan los servicios públicos de transporte o llegan con dificultad; ayudando en la descongestión de tráfico en las entradas y salidas de la ciudad, así como en localidades de su extrarradio a horas punta".
• Menos emisiones de gases de efecto invernadero, desencadenantes de cambio climático. Molo considera que la utilización de vehículos cien por cien eléctricos y compartidos supone "una drástica disminución de emisiones diarias", algo que debería ser incentivado por la administración, según esta empresa: "la administración podría beneficiar de algún modo a aquellas empresas o iniciativas que participen en lograr ciudades con una mejor calidad del aire". Así, en Molo creen necesarioa la colaboración público-privada y el establecimiento de "incentivos a empresas y usuarios, para impulsar el uso de vehículos eléctricos compartidos en las ciudades y sus extrarradios".
