La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena (a la izquierda), y la delegada del Área de Medio Ambiente y Movilidad, Inés Sabanés (del partido Equo, a la derecha), presentaron ayer el Plan de Calidad del Aire y Cambio Climático, cuyo presupuesto supera los 540 millones de euros. El objetivo del Plan A es -informa el Ayuntamiento- "conseguir una ciudad sostenible, que garantice la salud de la ciudadanía frente al reto de la contaminación atmosférica, reduzca las emisiones de gases de efecto invernadero y fortalezca a la ciudad frente a los impactos del cambio climático". El documento se aprobará próximamente en Junta de Gobierno, tras lo que se abrirá el preceptivo periodo de alegaciones.
Treinta medidas
Las 30 medidas del Plan A se encuadran en cuatro ejes: movilidad sostenible, gestión urbana baja en emisiones, adaptación al cambio climático, y sensibilización ciudadana y colaboración con otras administraciones. Todas esas medidas, que pueden ser consultadas en diario.madrid.es, están encaminadas, según el Ayuntamiento, "a cumplir la legislación europea y nacional en materia de calidad del aire, a reducir en el año 2030 las emisiones de Gases de Efecto Invernadero en línea con el Acuerdo de París y a disminuir en un 50% las emisiones causadas por la movilidad urbana en 2030 frente a 2012". También, y a través del programa Madrid + Natural, incluye una estrategia de adaptación frente a los efectos del cambio climático.
Actuaciones previstas para el próximo bienio
El Plan plantea diversas medidas encaminadas a reducir la intensidad de tráfico privado motorizado. Así, el Consistorio ejecutará actuaciones "sobre la red viaria y el espacio público" para la promoción de los modos activos de movilidad (peatonal y ciclista) y del transporte público. El Ayuntamiento concreta algunas de las actuaciones previstas "para esta legislatura": el Área Central Cero Emisiones, que se implantará en 2018 en el distrito Centro; la reforma de las vías de acceso al centro de la ciudad; la reducción de la velocidad en la M-30 y vías de acceso a 70 kilómetros por hora; la creación de Zonas 30; la ampliación de la red ciclista; la creación de una red de aparcamientos disuasorios; o la creación de plataformas reservadas de autobuses.
También hay un segundo bloque de iniciativas basadas en el fomento de la tecnología de bajas emisiones
El Ayuntamiento anuncia que impulsará la movilidad eléctrica "y actuaciones sobre las emisiones de flotas estratégicas (autobuses, taxis, flotas de servicios municipales) y de distribución urbana de mercancías". La Empresa Municipal de Transportes -asegura el Consistorio- tendrá una flota "de bajas emisiones" en 2020, se crearán plataformas reservadas de autobuses y se implantará la priorización semafórica. Por su parte, los taxis que se renueven a partir de 2018 deberán estar etiquetados como Cero o ECO. El plan también contempla medidas sobre vehículos privados motorizados, con incentivos fiscales, por una parte, y "restricción gradual de acceso, aparcamiento y circulación a los vehículos más contaminantes", por otra.
Primero, los incentivos; luego, las restricciones
El ámbito temporal -informa el Ayuntamiento- comprende una primera fase 2018-2020, "con incentivos, desarrollo de tecnologías de recarga e impulso de modos de transporte sostenibles"; y una segunda fase, "con medidas de restricción en accesos, aparcamiento y circulación". Desde el Consistorio aseguran que "las medidas de restricción serán progresivas para que la ciudad y sus habitantes puedan adaptarse al cambio hacia una movilidad sostenible". En 2020, los vehículos sin distintivo ambiental no podrán aparcar en la zona SER (interior de la M-30) y a partir de 2025 se limitará su circulación por el término municipal.
Los distintivos ambientales de la DGT clasifican como no sostenibles aquellos vehículos y furgonetas ligeras de gasolina matriculados antes del año 2000 y del 2006 en el caso del diésel. Conforme a los datos del parque circulante de la ciudad de Madrid, en 2013 los vehículos sin distintivo correspondían al 28,3% de los recorridos. Es por tanto previsible que para el periodo 2020-2025 la proporción alcance valores en torno al 20%.
Gestión urbana baja en emisiones, el segundo eje
Para conseguir una gestión urbana baja en emisiones y una mayor eficiencia energética, el Ayuntamiento anuncia que impulsará la sustitución de combustibles de calefacción contaminantes y se prohibirá el uso del carbón en 2020, que aunque de forma residual sigue presente en la ciudad. Asimismo, está previsto regular el uso de la biomasa en la ciudad.
También se establecerá una hoja de ruta para el desarrollo de las energías renovables, se revisarán las bonificaciones del impuesto de bienes inmuebles por instalaciones de energía solar, y se explorará y explotará el potencial de la geotermia.
El tratamiento de residuos en el Parque Tecnológico de Valdemingómez también será mejorado para reducir las emisiones, con un incremento de la recuperación de materiales, incluidos los orgánicos, y un mayor rendimiento del biogás.
El Ayuntamiento actuará, además, en la monitorización y reducción de consumos de las instalaciones municipales, con intervenciones en edificios públicos basadas en un modelo de emisiones cero e instalación de energías renovables.
El tercer eje se centra en las soluciones basadas en la naturaleza, con el desarrollo del programa Madrid + Natural, para incrementar la resiliencia urbana frente al cambio climático, con intervenciones en edificios, barrios y la renaturalización del río Manzanares.
Sensibilización ciudadana y colaboración institucional: el cuarto eje
Las acciones de sensibilización ciudadana recorren de manera transversal las diversas líneas de actuación del Plan A, con el objetivo de aumentar la conciencia sobre la necesidad de cambiar las pautas de la ciudadanía para lograr una mejor calidad del aire. El Equipo de Gobierno que preside Carmena recuerda en todo caso que, más allá de estas 30 medidas, "se requiere la colaboración con otras Administraciones, tanto Ayuntamientos vecinos, como la Comunidad de Madrid y el Gobierno del Estado, para hacer las modificaciones legales y adoptar las medidas de incentivo necesarias para promover de forma coordinada y sinérgica el necesario cambio de los hábitos ciudadanos".
El Ayuntamiento explica el Presupuesto
El Plan A cuenta con un presupuesto para el periodo 2017-2020 de 543,9 millones de euros. La partida para actuaciones del parque móvil y la ordenación de sectores clave con alto impacto en la calidad del aire es la más abultada, con 330 millones de euros. Las actuaciones en la red viaria y el espacio público dirigidas a reducir la intensidad del tráfico privado y promover modos de transporte sostenible están dotadas con 154 millones de euros; la gestión urbana baja en emisiones, con 46; la gestión energética en edificios municipales, con 3,2; las estrategias de adaptación al cambio climático, con 7,7; y las iniciativas de sensibilización y educación ambiental, con 3 millones.
Impacto en las emisiones
La implementación de las medidas -explica el Ayuntamiento- permitirá "una significativa reducción de emisiones de óxidos de nitrógeno a corto plazo, que se han estimado en aproximadamente el 15% para 2020, fundamentalmente derivadas del tráfico rodado". Esta reducción permite prever -aseguran desde el Consistorio- una situación próxima al cumplimiento de niveles en el conjunto de las estaciones, pero no garantiza con total seguridad de todos y cada uno de los niveles anuales.
"Por eso -continúa el Ayuntamiento-, es necesario contemplar otras medidas más ambiciosas y que suponen un cambio estructural (renovación del parque, afianzamiento de la movilidad eléctrica, regeneración urbana, desarrollo de energías renovables) a un plazo temporal mayor, 2030, para garantizar con un amplio margen de seguridad no solo el cumplimiento de la legislación, sino la consecución del resto de objetivos, como llegar a los valores de partículas en suspensión recomendados por la Organización Mundial de la Salud y la reducción de gases de efecto invernadero".