“El chasis de Luca está hecho de lino, tereftalato de polietileno reciclado (PET) y polipropileno (PP), los asientos están fabricados de fibra de coco y pelo de caballo. Y las partes trasera y delantera del chasis tienen su origen en un tubo de aluminio reciclado”, explica UBQ Materials en comunicado, del que se ha hecho eco Fuente Latina, una agencia de comunicación especializada en contenidos relacionados con Israel.
Luca es también muy eficiente. Sus dos motores eléctricos, que están en las ruedas del vehículo, mitigan las pérdidas en la transmisión, tienen una potencia combinada de 15 kW y está alimentados por seis grupos de baterías modulares, diseñadas para ser extraídas fácilmente y “que puedan ser reemplazadas cuando haya una nueva tecnología más eficiente en el futuro”. A pesar de su modesta potencia puede alcanzar una velocidad de 90 km/hora.
El coche ha sido presentado por la empresa TU/ecomotive, de la Universidad holandesa de Eindhoven, que cada año lanza un prototipo de un automóvil eléctrico para mostrar al mundo que un coche futurista y sostenible puede ser perfectamente real. No es la primera incursión en el mundo de la automoción de UBQ Materials, que dispone de tecnología exclusiva para desarrollar compuestos de origen biológico que pueden servir para la fabricación de diferentes objetos. El pasado mes de enero ya colaboró con la alemana Daimler.
Según el medidor Quantis, que evalúa el impacto medioambiental en el mundo, cada tonelada de material producido por UBQ evita la emisión a la atmósfera de hasta 12 toneladas equivalentes de CO2, por lo que califica el material termoplástico de UBQ como el “más positivo para el medio ambiente”.