Nacida en Sustrendlab, el laboratorio de innovación científica del grupo Dosandar, el proceso de T-Phite comienza con el reciclado de los neumáticos desechados en plantas de pirólisis, para convertir el negro de carbón recuperado en carbono grafítico duro, un componente esencial en el ánodo de las baterías de iones de litio de los vehículos eléctricos.
“Al utilizar como materia prima el negro de humo descompuesto de neumáticos fuera de uso, reducimos la necesidad de extraer grafito, un proceso intensivo en recursos y perjudicial para el medio ambiente. Este enfoque nos permite reutilizar y maximizar el valor de los materiales existentes, contribuyendo a una economía circular y minimizando los residuos”, explica Bernardita Díaz, cofundadora de la start-up. Esta tecnología, continúa, “no solo ofrece una alternativa más sostenible, sino que también garantiza una excelente calidad y rendimiento del producto”.
Se estima que cada año alrededor de 29 millones de toneladas de neumáticos alcanzan el final de su vida útil en el mundo. A pesar del aumento en las tasas de reciclaje, una gran parte de los neumáticos desechados terminan en basureros, y un neumático puede tardar en descomponerse de 500 a 1000 años. T-Phite busca no solo resolver este problema, sino también contribuir a la economía circular y a l transición hacia la electromovilidad.