El sector transporte es el mayor consumidor de energía en Europa, pues usa alrededor de una tercera parte de la energía total consumida. Además, es el único sector, entre los cinco más importantes, cuya demanda continua creciendo. Más: en 2010, la UE importó petróleo por un valor de casi 210 billones de euros. Y más aún: si se mantiene el escenario actual, la dependencia del petróleo del sector transporte será de alrededor del 90% en el año 2050. Son algunos de los muchos datos que ha colgado el ministerio en su sitio en la red (marm.es) con motivo de la celebración de la Semana Europea de la Movilidad.
Mucha información que pasará inadvertida para la mayoría, sin duda, pero que Energías Renovables va a intentar ir publicando aquí, en pequeñas dosis... Para empezar, según la Guía Temática de la Semana Europea de la Movilidad 2011 que ha publicado el MARM, las emisiones de CO2 procedentes del transporte estarán un tercio más altas que su nivel en 1990 y los gastos derivados de la congestión se elevarán un 50% en el año 2050. Los flujos del transporte aéreo dentro de la UE podrían doblarse, según algunas estimaciones, que apuntan, por otro lado, que el transporte de mercancías crecerá alrededor de un 40% entre 2005 y 2030 y por encima de un 80% a partir hacia 2050. El crecimiento del tránsito de pasajeros se espera que sea de un 34% hacia 2030 y por encima del 50% hacia 2050.
En el sector del transporte, éste se puede dividir en cinco subcategorías distintas: navegación interior, transporte aéreo, transporte por carretera, transporte ferroviario y transporte marítimo. El transporte por carretera es, con mucho, el mayor y más rápido consumidor de energía, y es, de hecho el único sector que está experimentando un crecimiento en términos de consumo de energía. Por regla general, el transporte por carretera representa el 82% del consumo total de energía del transporte en la UE-27. Aunque parte de este consumo (vinculado a los coches) se ha reducido entre 1990 y 2007, aún representan alrededor del 50% del total de consumo de energía.
Esto es consecuencia de las mejoras que han sido realizadas en la eficiencia energética durante estos años (por ejemplo, cambios de consumo específico por unidad de tráfico), pero estas mejoras han sido compensadas parcialmente, por el crecimiento en el tránsito de pasajeros. Y es que no podía ser de otra manera: porque la cuota del transporte público en el tráfico de pasajeros, en la UE, bajó cinco puntos, desde un 23% a un 18%, entre 1990 y 2007, y porque los coches consumen cuatro veces más energía por pasajero y kilómetro que el transporte público.
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