Ninguno de los estados de la Unión Europea planteaba "una diferencia sustancial" con respecto a establecer un objetivo de recorte de emisiones contaminantes para camiones y autobuses del 30%, según aseguró ayer miércoles el secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán. La división entre los socios comunitarios estaba en que dicha meta fuera vinculante o no. Para España, "lo razonable", añadió Morán, es que el objetivo de reducción sea "vinculante", si bien matizó que "lo importante" es que los 28 sean capaces de cerrar un acuerdo sobre esta cuestión.
Y así ha sido. Los ministros de Medioambiente de la UE (España ha estado representada por Hugo Morán) han acordado una reducción obligatoria de emisiones de CO2 para camiones y otros vehículos pesados, como autobuses, del 30% para 2030 respecto a los niveles de 2019, con un paso intermedio del 15% en 2025. El Parlamento Europeo reclamaba recortar las emisiones de estos vehículos al 35%.
Los Verdes celebran que los objetivos sean vinculantes, pero lamentan que no haya habido mayor ambición, "a pesar de que sea algo netamente necesario para cumplir con el Acuerdo de París", asegura el eurodiputado de Equo Florent Marcellesi. "En las negociaciones interinstitucionales el Parlamento Europeo luchará de nuevo por una mayor ambición. La descarbonización del transporte en una prioridad climática y económica"", añade.
Los camiones y vehículos pesados son responsables del 25% de las emisiones totales del transporte por carretera, lo que supone en torno al 6% del total de ese tipo de polución emitida en Europa, según datos de la UE.