En concreto, la Comisión Europea propuso ayer retrasar otros tres años la introducción de aranceles tras la salida de Reino Unido de la UE a los vehículos eléctricos a fin de fomentar la producción doméstica de baterías y otros componentes y para evitar depender de China. El Ejecutivo comunitario ha respondido así a la petición que los principales fabricantes de automóviles de Europa hicieron a la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, de posponer la introducción de estos aranceles posteriores al Brexit, ya que los consideran perjudiciales para la producción de vehículos eléctricos de la UE.
Maros Sefcovic, vicepresidente de la CE: "hemos escuchado a los afectados y hemos puesto sobre la mesa una propuesta justa para garantizar que la UE forme parte de una transición próspera e impulsar la industria de las baterías".
Prórroga de las normas sobre baterías
Bruselas ha propuesto al Consejo esta prórroga específica de las actuales normas de origen aplicables a los vehículos eléctricos y las baterías en el marco del Acuerdo de Comercio y Cooperación (ACC) entre la UE y el Reino Unido, aunque no afecta a las normas más estrictas del acuerdo, que serán aplicables a partir de 2027, como estaba previsto. La prórroga vendrá acompañada de financiación adicional que la Comisión ha reservado para tal efecto del fondo de innovación de la UE con una partida de hasta 3.000 millones de euros en tres años para impulsar la industria de fabricación de baterías de la UE.
Esta ampliación, según explica la Asociación en un comunicado, llega en un "momento crucial" para la producción de baterías de vehículo eléctrico (BEV) en la UE y la evolución de la competencia global de estos coches 0 emisiones. ACEA instó en varias ocasiones a la CE para que retrasara estas normas hasta 2027, debido a que consideraban "imposible de lograr" las nuevas ROO, que exigen que todas las piezas de las baterías y algunos materiales críticos sean producidas en la UE o en el Reino Unido para que queden libres de aranceles.
Sigrid de Vries, directora general de ACEA: "aprobar la propuesta es vital para garantizar el bienestar de toda la cadena de valor europea de baterías, ya que si no se aprobase, se reduciría la competitividad de nuestras exportaciones y tendría un impacto negativo en la demanda de baterías y materiales europeos".
Impulso a la industria de las baterías
Para entender el alcance de no ampliar este acuerdo, la patronal cifró en 4.300 millones de euros entre 2024 y 2026 los pagos en aduanas previstos, al tiempo que la producción de BEV se hubiera reducido en unas 480.000 unidades, el equivalente a dos fábricas de tamaño medio. De hecho, el vicepresidente de la Comisión Europea, Maros Sefcovic, ha apuntado que la propuesta nace tras "escuchar a los afectados" con el objetivo de "garantizar" que la UE forme parte de una transición próspera e "impulse la industria de las baterías".
ACEA ha remarcado que los fabricantes han realizado enormes inversiones en las cadenas de suministros locales por las que la producción de baterías aumentará significativamente en el futuro. "La propuesta de la Comisión ayudará a cerrar la brecha entre ahora y el momento en que esas inversiones comiencen a producir una producción industrial significativa", asegura la organización.
Por todo ello, han pedido a los estados miembros de la UE que apoyen "unánimemente" la propuesta de la CE para asegurar la "estabilidad" de la industria en su fase crítica hacia la transformación verde. Por su parte, de Vries ha señalado que "se debe hacer todo lo posible" para garantizar la competitividad del sector de la movilidad y que este "siga siendo un pilar de prosperidad y empleo en la economía europea durante mucho tiempo".