De acuerdo con Greenpeace, los actuales descuentos han sido una buena experiencia piloto que ha funcionado: han animado a la ciudadanía a utilizar el transporte público. “Ahora, ante el previsible final de esta medida coyuntural cuando termine 2024, es necesario que se dé un paso más y tomar medidas para que el transporte público sea asequible de forma permanente y estructural, y se eliminen las barreras tarifarias y administrativas entre regiones y comunidades facilitando el cambio a modos más sostenibles”, afirma.
Para Greenpeace, estas firmas demuestran el importante respaldo social con el que cuenta esta iniciativa, que permitiría a los usuarios acceder a todos los modos de transporte público (autobuses, trenes, tranvías, metros, bicis, etc.) en todo el territorio, con una tarifa plana, facilitando la interoperabilidad entre los diferentes sistemas y eliminando las barreras tarifarias y administrativas entre regiones y comunidades.
"Estas casi 188.000 firmas representan la voz de cientos de miles de personas que apoyan la propuesta de un abono único de transporte, que quieren poder moverse de manera asequible, fácil y sostenible y que son conscientes de que otra forma de movilidad es posible y necesaria. Este abono único facilitará el cambio de medios contaminantes como el coche o el avión a otros más respetuosos con el clima, y también aliviará la economía de las familias de forma más permanente y estructural”, ha declarado la directora ejecutiva de Greenpeace.
"Una movilidad asequible, accesible, segura, conectada y respetuosa con el clima contribuye a reducir las desigualdades sociales y económicas y debe ser un derecho, que debe quedar plasmado en la próxima Ley de Movilidad Sostenible”, concluyen desde la ONG.
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