Los datos presentados hoy confirman la eficacia de la zona de bajas emisiones desde su aplicación. Si durante mayo ya se batió el récord de bajas emisiones, las cifras registradas en las tres primeras semanas de junio confirman esta tendencia, siendo, de nuevo, el mes con el promedio más bajo de la serie histórica. Unos datos positivos, pese a que las condiciones meteorológicas han sido muy desfavorables: en los últimos dos meses sólo ha llovido un día, mientras que este junio ha sido el mes con menos días de ventilación en el periodo 2010-2019. (No es posible comparar con periodos anteriores a 2010 debido a que el Ayuntamiento modificó en 2009 la ubicación de varias estaciones de medición).
“A pesar de la evidencia científica a favor de Madrid Central, el Ayuntamiento de Madrid insiste en su promesa de acabar con la zona de bajas emisiones” ha afirmado Adrián Fernández, responsable de movilidad de Greenpeace. “La moratoria que prevén aprobar mañana en Junta de Gobierno es una barra libre para seguir contaminando, sin aportar ni un solo informe técnico e ignorando el respaldo de la Comisión Europea a Madrid Central”, resaltó Fernández.
La información presentada hoy por Greenpeace se suma a los numerosos informes que han confirmado la eficacia de Madrid Central para reducir la contaminación. Según otro estudio de la Universidad Politécnica de Madrid, la implantación de Madrid Central ha reducido un 38% las emisiones en el centro y un 9% en el conjunto de la ciudad. Posteriormente Ecologistas en Acción anunció que mayo había sido el mejor mes de la década.
El ‘efecto frontera’ no existe
El informe presentado hoy por Greenpeace también observa la evolución del tráfico en la ciudad. Lejos de producirse un ‘efecto frontera’ que derivase los coches por las vías colindantes, la intensidad del tráfico ha disminuido tanto en el interior (-5,8%) como en el contorno de Madrid Central (-3,3%) y en el conjunto de la ciudad (-2,6%), según los datos del Ayuntamiento en el primer cuatrimestre de 2019.
Esta bajada continúa la tendencia descendente del tráfico en los últimos 10 años, pero no significa que los madrileños/as hayan dejado de ir al centro. La aplicación de las medidas del Plan A (entre ellas, Madrid Central) ha impulsado el trasvase de usuarios del automóvil al transporte público, que gana viajeros desde 2015: +18% en Metro y +7% en EMT. Lamentablemente, dice Greenpeace, este deseable escenario, objetivo último de todos los Planes de Movilidad, no se replica en el resto de la región. Fuera de Madrid ciudad, el tráfico sigue aumentando en las vías perimetrales, ante la falta de un transporte público competitivo para los viajes entre los municipios del área metropolitana.
Manifestación en defensa de Madrid Central
Greenpeace forma parte de la Plataforma en Defensa de Madrid Central, presentada la semana pasada, que reúne a más de un centenar de colectivos vecinales, ecologistas y profesionales con el objetivo de frenar la reversión de Madrid Central y proponer su ampliación y mejora como medida contra la contaminación provocada por el tráfico privado.
Dentro de las actividades que la Plataforma presentó el pasado lunes, destaca la manifestación prevista para este próximo sábado 29 en el centro de Madrid. Greenpeace anima a toda la ciudadanía a sumarse a esta movilización (19h, desde Callao a Cibeles) para demostrar al Ayuntamiento que la defensa del aire limpio pasa por tomar medidas valientes y eficaces como Madrid Central.