La aeronave, que está siendo fabricada en Alemania, tiene un aspecto similar al de un planeador, pues presenta dos amplias alas y un fuselaje delgado y ligero. Con el fin de captar suficiente luz solar, tiene una envergadura de 61 metros, la misma que un Airbus A-340, si bien lógicamente pesa mucho menos, 1.500 kilos concretamente, nada que ver, pues, con las 275 toneladas de su colega Airbus.
El avión ha sido así diseñado para ser capaz de almacenar suficiente luz solar como para volar durante 36 horas seguidas. Para ello, acumulará la energía captada por una superficie de 200 metros cuadrados de células fotovoltaicas situadas en las alas. Cada célula suministrará a la hélice del avión 30 vatios de energía continua.
La nave podrá alcanzar una velocidad media de 70 kilométros por hora, gracias a unos motores de entre ocho y doce caballos de fuerza, potencia de la que disponían los hermanos Wright cuando realizaron el primer vuelo propulsado en 1903.
Bajo las alas hay cuatro cabinas que contienen, cada una, un motor, una batería y un sistema que controla la temperatura de la aeronave. Las baterías, que son de litio y pesan 400 kilos, estarán aisladas para conservar su calor incluso con el frío que hace a 8.500 metros de altura, altitud máxima de vuelo.
Setenta millones de euros para la aviación del futuro
El proyecto, de 70 millones de euros, será financiado con fondos privados y permitirá reducir la dependencia de los combustibles fósiles: "un día nos reiremos por haber creído que no habría futuro sin combustibles fósiles, como nos reímos ahora de quienes una vez creyeron que la Tierra era plana", afirmó Piccard en el seminario celebrado la semana pasada en el Parlamento Europeo donde recibió el apoyo de la Comisión para poner en marcha el proyecto.
En 2009 se harán vuelos de prueba virtuales con un prototipo fabricado ex profeso para garantizar que las tecnologías y los procesos de construcción seleccionados son los adecuados. El avión estará listo en 2011, si todo sale según lo previsto. Entonces, dará la vuelta al mundo en cinco etapas, en las que será pilotado por turnos por Bertrand Piccard, iniciador del proyecto, y André Borschberg, director ejecutivo.
Jacques Barrot, vicepresidente de la Comisión Europea y comisario de Transporte, que asistió al seminario, afirmó, informa el boletín digital aquieuropa.com, que el proyecto "encarna el reto de llevar las tecnologías y los materiales de hoy a su límite, e incluso más allá, para acelerar la llegada de las tecnologías del mañana". Además, "representa el aspecto que debería tener el transporte sostenible del futuro".
Aviones y aeropuertos con menos malos humos
En ese sentido, añade aquieuropa.com, la Comisión Europea ha lanzado la iniciativa Clean Sky, de 1.600 millones de euros, con el objetivo de mejorar la competitividad mediante el desarrollo de "tecnologías más limpias".
Con Clean Sky, que es una asociación público-privada, se invertirá en investigación e innovación con el objetivo de reducir las emisiones de dióxido de carbono en un 40%, las emisiones de óxido nitroso en otro 40% y las emisiones de ruido en veinte decibelios. Se espera que estos avances se realicen a tiempo para que la nueva generación de aviones comience a funcionar a partir de 2015.
Más información:
www.solarimpulse.com
www.cleansky.eu