El ayuntamiento milanés ha invertido cinco millones de euros en la puesta en marcha del servicio que en la capital transalpina han denominado Bikemi (en Barcelona se llama Bicing y en Zaragoza, Bizi). El éxito del proyecto en Milán ha sido inmediato, según la alcaldesa Letizia Moratti, que asegura que el número de abonados ha pasado en un solo mes de los 700 iniciales a más de 3.500. Clear Channel, la empresa concesionaria del servicio, que también lo es de los que funcionan en Barcelona y en Zaragoza, ha instalado en Milán, de momento, más de 400 estaciones y unas 7.000 bicicletas.
En España, desde que comenzara a ser prestado este servicio –en marzo de 2007 en Barcelona (Bicing) y en mayo de 2008 en Zaragoza (Bizi)–, "se han superado todas las expectativas", según Clear Channel, que asegura que, "en total, el sistema ha superado los 200.000 abonados y sigue creciendo en número de estaciones y bicicletas, tanto en Barcelona como en Zaragoza". En la capital aragonesa, Bizi se encuentra "en su primera fase de implantación", pero el servicio tiene previsto crecer "a lo largo de los próximos meses hasta alcanzar la cifra de 1.000 bicicletas y 100 estaciones repartidas por toda la ciudad" (en Barcelona hay ya 390 estaciones activas).
¿Que cómo funciona? Pues, grosso modo, el usuario de este servicio debe pagar (ejemplo de Bizi, en Zaragoza) un abono anual de veinte euros (en Barcelona, treinta). Cuando el abonado recibe en casa la tarjeta de usuario no debe más que activarla y ya podrá disfrutar del nuevo servicio. El ciclista podrá a partir de entonces retirar una bicicleta de cualquiera de las estaciones municipales, usarla para desplazarse y devolverla a la estación más próxima a su destino. La primera media hora de cada trayecto está incluida en el bono, por lo que no habrá que satisfacer importe añadido alguno. A partir de ahí, el usuario paga cincuenta céntimos por cada fracción de treinta minutos adicional. También hay abonos temporales (tres días a cinco euros en Zaragoza; siete días a un euro en Barcelona).
Clear Channel Outdoor tiene su sede en Phoenix, Arizona, está presente en más de sesenta países de los cinco continentes, gestiona contratos municipales en Roma, Washington, Sydney, Londres, Singapur, Madrid o Rio de Janeiro y cuenta con cinco líneas de negocio: mobiliario urbano, centros comerciales, gran formato, transportes y bicicletas públicas.
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