Esta medida no se corresponde con la lucha contra el cambio climático a la que se ha comprometido el propio presidente del Gobierno en distintos escenarios internacionales como su reciente intervención en la sesión plenaria de la Cumbre del Clima de Katowice (Polonia) o el Foro de la Paz en París de noviembre. “El gas no es la solución. Es necesario eliminar cualquier tipo de incentivo para los combustibles fósiles, incluido el gas, especialmente en los casos en que haya una alternativa con electricidad, como ocurre con los vehículos, así como acelerar la transición del sector eléctrico hacia un sistema 100% renovable”, señalan desde la Fundación Renovables (FR).
“Rechazamos rotundamente que las ayudas para la adquisición de vehículos de ‘energías alternativas’ subvencionen la compra de motores de combustión con gas natural licuado (GNL), gas licuado del petróleo (GLP) y gas natural comprimido (GNC)”. Para la Fundación, “la sostenibilidad futura pasa por la implantación del vehículo eléctrico, mayoritariamente de uso compartido, como uno de los objetivos prioritarios”.
La FR apuesta por la conversión paulatina de un parque de vehículos compuesto hoy en día por automóviles con motores de combustión de combustibles fósiles (coches, autobuses, furgonetas, vehículos de servicios, motos, …) en otro de vehículos que funcionen al 100% con electricidad y tengan capacidad de intercambio activo con la red de suministro.
Se trata de llevar a cabo una electrificación paulatina, en paralelo a una mayor presencia de renovables en el mix de generación (de cara a alcanzar el 100% no más tarde de 2040). En su informe “Hacia una Transición Energética Sostenible” la FR propone los siguientes objetivos de implantación del vehículo eléctrico:
• 30% del parque y 60% de cuota de vehículo nuevo en 2030.
• 70% del parque y 100% de cuota de vehículo nuevo en 2040.
• 100% del parque en 2050.
“En cualquier caso, insistimos en que la transición en movilidad no solo debe versar en torno al cambio de modelo de vehículos, sino también en una concepción de la movilidad bajo un criterio compartido y de servicio público. Es necesario, por tanto, minimizar las necesidades de transporte por servicios de cercanía, con prácticas de mínimo consumo”.