Los 2,5 millones de coches superan los dos millones de Francia, el 1,5 del Reino Unido y el millón de Alemania. Sin embargo, los objetivos propuestos de puntos de recarga que deben estar accesibles al público para 2020 no van acorde con el número de vehículos, ya que a nuestro país le corresponden 82.000 (en 2011 había 1.356) y a Alemania 150.000. La Unión Europea en general y España en particular deberán hacer un esfuerzo importante para adaptarse a las medidas anunciadas por la CE.
El paquete propuesto consiste en una comunicación sobre una estrategia en el campo de los combustibles alternativos, una directiva centrada en la infraestructura y las normas y un documento adjunto a los dos anteriores en el que se describe un plan de acción para el desarrollo del gas natural licuado en el transporte marítimo. Según han comentado a Energías Renovables desde la CE en España, es probable que el Consejo apruebe la directiva este mismo año, aunque luego hay que sumar el período de transposición a las normativas de los Estados miembros. La CE considera que “los esfuerzos por proporcionar incentivos (a los combustibles alternativos) han sido insuficientes y no estaban coordinados”. De ahí la preparación de la nueva normativa.
Es esencial unificar estaciones y enchufes en toda la UE
“La mayoría de las iniciativas emprendidas hasta ahora se dirigían principalmente a los vehículos y los combustibles mismos, sin tener en cuenta la distribución de los últimos”, señalan desde Bruselas, y añaden que “los combustibles limpios se ven afectados por tres obstáculos principales: el alto coste de los vehículos, la escasa aceptación de los consumidores y la falta de estaciones para recargar y repostar”. Por este motivo, la CE propone establecer unos objetivos obligatorios para los Estados sobre un mínimo de infraestructuras para combustibles como la electricidad, el hidrógeno y el gas natural, así como normas comunes para toda la UE sobre el equipamiento necesario.
En cuanto a los vehículos eléctricos, se propone que cada Estado cuente con un mínimo de puntos de recarga que se utilizarán con un enchufe común. “El objetivo –anuncian– es crear una masa crítica de puntos de recarga para que las empresas produzcan masivamente los coches a precios razonables”. También entienden que es esencial contar con un enchufe común para toda la UE, por lo que afirman que “para acabar con la incertidumbre del mercado, la Comisión ha anunciado hoy que la norma común para toda Europa es el enchufe de tipo 2 (el más usado)”. El coste de crear una red mínima de puntos de recarga en la UE será de aproximadamente 8.000 millones de euros, según los cálculos de la Comisión citados por Europa Press.
De 11.749 puntos de recarga a 795.000 para nueve millones de coches
La infraestructura de recarga en 2011 en la UE contaba con 11.749 puntos. Alemania, con 1.937, Holanda, con 1.700, y Francia, con 1.600, son los países más dotados. En torno a los 1.350 están España, Italia y Portugal. La CE obligará a alcanzar los 795.000 puntos de recarga en 2020, un salto sustancial que pretende que se agilice con las normativas anunciadas. Según las comunicaciones de los diferentes gobiernos, incluido el español, esta red abastecerá a más de nueve millones de vehículos, de los cuales, como se ha mencionado, 2,5 millones rodarán por España, como establece el Plan de Acción Nacional de Energías Renovables 2011-2020.
En el apartado del hidrógeno reconocen que “aún es necesario contar con normas comunes para determinados componentes, como las mangueras para el combustible”, pero avanzan que la propuesta es que las estaciones formen una red con normas comunes, lo que garantizará la movilidad de los vehículos de hidrógeno. Se aplicará a los catorce Estados miembro que disponen actualmente de una red para el hidrógeno. Sobre los biocarburantes afirman qu se trata de mezclas de combustibles y no necesitan ninguna infraestructura específica, aunque mantienen que “garantizar su sostenibilidad constituirá un reto clave”. El resto de normativa afectará al gas natural licuado (GNL) y comprimido (GNC) y al gas licuado del petróleo (GPL).
En la nota de prensa difundida por la CE, el vicepresidente Siim Kallas, responsable de Transportes, declara que “el desarrollo de combustibles innovadores y alternativos es una forma evidente de hacer que la economía europea utilice sus recursos con más eficiencia, de reducir nuestra dependencia excesiva del petróleo y de desarrollar una industria del transporte capaz de responder a las demandas del siglo XXI”. Recuerda que China y Estados Unidos prevén disponer de más de seis millones de vehículos eléctricos en circulación en 2020, lo que constituye “una gran oportunidad para que Europa ocupe un puesto importante en un mercado mundial que crece rápidamente”.