Equo pide un plan PIVE que incluya ayudas extra a la movilidad sostenible como, por ejemplo, a la compra de bicicletas o vehículos 100% eléctricos. Además, propone el desarrollo de "una fiscalidad favorable al uso de la eco-movilidad". Todas estas medidas producirían varios efectos positivos: reducirían el ruido y la contaminación del aire en las ciudades y, a partir de ahí, se reduciría también el gasto sanitario (a menor contaminación atmosférica, menor frecuencia, por ejemplo, de las afecciones respiratorias; además, se reduciría la siniestralidad). Así mismo, se produciría otro efecto positivo en términos económicos, según Equo, "en la estimulación de los empleos verdes vinculados a la movilidad". Según la Asociación de Marcas de Bicicletas de España, en nuestro país hay más de 18.000 empleos directos vinculados a la bicicleta (por menos de 3.000 en el sector de la minería del carbón, por poner un ejemplo a efectos comparativos).
Uralde y Martínez
Según el diputado y coportavoz de Equo Juantxo López de Uralde, "el coche es la principal causa de contaminación atmosférica y reduce la calidad de vida de las personas en el centro de las ciudades, por eso, la ciudad sostenible es incompatible -añade Uralde- con los actuales esquemas de movilidad, que dan prioridad al coche". En ese sentido, Equo apuesta por priorizar el transporte limpio y la movilidad peatonal. En esa línea se ha manifestado también la también portavoz de Equo Rosa Martínez (foto): "lograr una movilidad sostenible no depende tanto de la innovación tecnológica, como de la innovación política, institucional y los hábitos ciudadanos. El diseño de nuestras ciudades, la planificación del transporte público y nuestras decisiones personales -ha añadido Martínez- son fundamentales ante el reto de reducir la contaminación en el ámbito urbano".
Propuestas
Equo explica en la nota de prensa que ha difundido hoy que su petición va en línea "con los objetivos de la Comisión Europea, que ha establecido dos ambiciosas metas respecto a la movilidad urbana: eliminar gradualmente los coches diésel de las ciudades de aquí a 2050 y realizar una transición hacia una logística urbana de emisiones cero en los principales centros urbanos de aquí a 2030". Para el partido ecologista, el modelo vigente de movilidad genera numerosos efectos negativos: contaminación (atmosférica y acústica) y congestión (pérdida de tiempo) en las ciudades, y dependencia energética del petróleo, con el consiguiente déficit de nuestra balanza de pagos. Los ecologistas proponen así un cambio de modelo hacia modos de transporte público y no contaminante y el fomento del uso de vehículos compartidos.