¿Tenemos que rescatar a Iberia y Vueling? ¿Tenemos que rescatar a la industria automovilística con un nuevo Plan Renove? "Si pensáramos como en el siglo XX, la respuesta sería sí, sin duda. Son decenas de miles de empleos y sectores estratégicos para un desarrollo basado en el coche individual y en el viajar cuanto más lejos y rápido, mejor", escribe Florent Marcellesi, coportavoz de EQUO y exeurodiputado de los Verdes/ALE, en un artículo publicado en elsaltodiario.com
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Sin embargo, continua, "ya no estamos en el siglo XX, sino en el XXI. Además del empleo y de la industria, existe una nueva cuestión fundamental: la sostenibilidad de la vida. La emergencia sanitaria ya ha puesto en evidencia la fragilidad de nuestras sociedades y la centralidad de la salud como prioridad social y política. Sobre nosotros se cierne otra crisis entrelazada con la primera, y a estas alturas ya bien conocida y analizada, y de efectos sanitarios, sociales y económicos muchos más devastadores a medio y largo plazo: la emergencia climática".
El transporte es uno de los sectores que más contribuye al cambio climático. Por tanto, en palabras del coportavoz de EQUO, "volver a rescatar estos sectores para que todo siga igual, o simplemente con correctivos verdes al margen, como el anunciado por el Gobierno, sería cometer un error garrafal, que comprometería nuestra salud y supervivencia a medio y largo plazo".
La petición del partido verde es olvidarnos de planes Renove y poner en marcha un plan de choque por la movilidad sostenible, donde todos los esfuerzos económicos se destinen a apoyar la nueva movilidad limpia, innovadora y eléctrica de fuentes renovables. "No puede haber ayudas para los coches del pasado, ya sean de gasoil o diésel", subraya Marcellesi.
Lo que sí debe haber es una inversión masiva para fomentar el uso seguro de los medios limpios: "Inyectar dinero sí, pero para establecer un fondo estatal extraordinario para el transporte público, incluyendo infraestructuras y ayudas para la movilidad activa peatonal y ciclista, proponer tarifas atractivas frente al transporte privado, incentivar la compra, reparación y uso de las bicicletas no motorizadas y eléctricas, o aportar ayudas para la adquisición de coches eléctricos, empezando por los vehículos de servicios y distribución urbana de mercancías. O sea, inyectar dinero con sentido común climático y de salud pública".
Para las compañías aéreas, la lógica que plantea EQUO es la misma: rescate sí, pero con condicionalidad socioecológica. "Hay que redimensionar el sobredesarrollado transporte aéreo para ajustarle al contexto de emergencia climática y de crisis económica post covid-19. En concreto, es preciso poner coto al insostenible modelo low cost, reducir los vuelos de corta distancia, empezando por los que tienen alternativa de tren y, conjuntamente con la UE, impulsar y recuperar los trenes nocturnos de larga distancia, así como racionalizar el número y tamaño de los aeropuertos. Para que coja vuelo la transición ecológica, el sector aeronáutico tiene que aterrizar en la pista climática", afirma Marcellesi.
Sin dejar a nadie atrás
El representante del partido verde añade que en paralelo y de forma prioritaria, es necesario rescatar a las personas trabajadoras de estos sectores. "A corto plazo, es precisa una red para que nadie se quede atrás, a través de una renta básica de emergencia y luego permanente". Además, continua, "hay que poner en marcha, desde ya, planes de transición hacia una industria de movilidad con cero emisiones e intensivos en empleos de calidad y sostenibles, para satisfacer la creciente demanda de alternativas a los motores de combustión y la infraestructura de carga, tanto para automóviles, como para furgonetas o autobuses. Esto iría acompañado de programas de formación continua, que brindarían nuevas oportunidades profesionales a las personas trabajadoras del sector del transporte fósil hacia la movilidad sostenible y limpia, y otros sectores verdes".
Para generar margen presupuestario, Marcellesi dice que es el momento de realizar una moratoria en la ejecución de las partidas de gasto en las grandes infraestructuras. "Hasta no realizar una evaluación de su viabilidad económico-financiera futura, a la luz del panorama postcrisis y de los cumplimientos del Acuerdo climático de París, nada justifica seguir con el Tren de Alta Velocidad o la ampliación de aeropuertos como el Prat. Junto con una tasa sobre el queroseno hoy inexistente, ¡cuánto dinero podríamos redireccionar de estas partidas presupuestarias hacia las políticas de movilidad e infraestructuras sostenibles!"