Endesa presentó ayer la actualización (para 2021-2023) de su Estrategia de Transición Energética. La compañía italiana (pertenece al Grupo Enel) prevé invertir en ese lapso 3.300 millones de euros en nueva potencia renovable (quiere alcanzar los 11.500 megavatios verdes al final del trienio) y ha decidido apostar con fuerza así mismo por la digitalización de la red, que absorbe otros 2.600 millones de inversión. En lo que se refiere a las energías sucias, la compañía también transita. Más lentamente, sin embargo. Endesa cerrará sus centrales de carbón españolas en 2021, pero mantendrá potencia carbonera de generación eléctrica hasta 2027; y seguirá así mismo produciendo electricidad en centrales nucleares hasta bien entrada la década que viene, la de los años 30. Donde no va a demorarse ni un instante es en el territorio de la electromovilidad. Ahí, la compañía italiana reserva “un papel clave” a Endesa X, “filial destinada a descarbonizar los usos de la energía en hogares, empresas, industrias y administraciones públicas”. Endesa X, que presume de ser ahora mismo líder en la red de puntos de recarga para vehículos eléctricos en España, prevé tener instalados 56.000 sumando los de carácter público y privado a cierre de 2023 (desde los 8.000 a final de 2020).
Esa apuesta consolidará -apuntan en la empresa- la posición de Endesa X como “actor de referencia en este segmento”. A diez años vista (la empresa también publicó ayer su Visión a 2030), el objetivo que se fija es "alcanzar los 575.000 puntos de recarga de vehículos eléctricos”.
Por lo demás, y cara a clientes industriales y domésticos, Endesa X prevé poner en operación instalaciones de producción (modelo autoconsumo) con una potencia gestionada de 161 megavatios a cierre de 2023. La empresa prevé mil megavatios en autoconsumos en hogares y empresas en 2030.