Trece de cada cien coches nuevos vendidos en el mundo en el primer semestre de este año (2022) han sido eléctricos: el 13,2%, concretamente, frente al 8,7% del mismo periodo de 2021 y el 4,3% del primer semestre de 2020. Eso supone, según BNEF, un descenso extraordinario en el consumo global de petróleo: "se espera que la adopción de vehículos eléctricos evite el uso de casi 1,7 millones de barriles de petróleo al día en 2022, frente a los 1,5 millones de 2021. Eso es más que el consumo total de petróleo de una economía mediana del G20 como Francia o México". El informe sin embargo advierte de la desigual velocidad que la penetración del vehículo eléctrico registra en dos mercados: el de las principales economías del mundo, por una parte, donde la electrificación avanza de manera muy considerable; y los mercados del resto del mundo, donde la transición hacia los vehículos de cero emisiones manifiesta mucho menos dinamismo.
"Si bien se está logrando un progreso sustancial para acelerar la transición hacia los vehículos de cero emisiones, el progreso se concentra en los mercados avanzados y líderes, creando un riesgo creciente de una doble velocidad en esta transición, donde las economías emergentes y en desarrollo no pueden beneficiarse de las oportunidades de crecimiento, para la salud y para la seguridad que puede traer una transición acelerada", incide el documento. BNEF recalca así mismo que esta situación puede provocar que se socave el objetivo del Acuerdo de París sobre cambio climático y sus esfuerzos globales para limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 grados en relación con los niveles preindustriales.
Según el Consejo Internacional de Transporte Limpio (International Council on Clean Transportation, ICCT), el 25% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero tiene su origen en el transporte, y más del 90% de la población global vive en espacios en los que el grado de contaminación del aire excede los límites de la Organización Mundial de la Salud. El ICCT estima que si las administraciones no van más allá en su acción política, el sector del transporte emitirá en el año 2050 alrededor de 21.000 millones de toneladas de gases de efecto invernadero. Por el contrario, la descarbonización del sector del transporte -adelanta ICCT- podría evitar una subida de medio grado centígrado en los próximos 25 años.