El plan concede ayudas a la adquisición de vehículos eléctricos, de hidrógeno, de gas licuado de petróleo, de gas natural comprimido y licuado y de motocicletas eléctricas, así como a la puesta en marcha de puntos de recarga en zonas de acceso público. Además, ”se incluirán algunas tecnologías del Plan Movea dentro del Reglamento General de Exención por categorías, lo que permitirá que las empresas puedan pedir estas ayudas aun teniendo consumidos los límites de ayudas por 'minimis' en los que se basaba el anterior programa”, según fuentes del sector.
La entrada en vigor del Plan Movea 2017 podría retrasarse, sin embargo, hasta junio o incluso hasta después del verano, según el portal forococheslectricos.com ya que los Presupuestos Generales del Estado (PGE) todavía no han sido aprobados. Esta situación tiene más repercusiones de las que a primera vista podemos ver: además de ralentizar el mercado y crear un marco inestable para los compradores, también afecta a los planes de nuevos lanzamientos de los fabricantes.
De acuerdo con el citado portal, el ejemplo más claro es el del Opel Ampera-e, que comenzará antes del verano su venta en mercados como el de Noruega, y que no llegará a España hasta una fecha sin determinar de 2018. Otra referencia es KIA. Su director general en España, Emilio Herrera, ha indicado que la falta de ayudas provocará un retraso en la llegada de la versión híbrida enchufable del Niro. Algo que podría extenderse también a la versión enchufable del Hyundai IONIQ, y otros modelos pendientes de desembarco.
A esto se añade la falta de incentivos para las empresas a la hora de afrontar proyectos como la expansión de la red de recarga. Mientras tanto, en otros países, como Francia, la actividad está siendo febril.