La Estrategia Europea del Hidrógeno, publicada el pasado 8 de julio, recoge que el hidrógeno limpio podría satisfacer el 24% de la demanda mundial de energía para 2050, con ventas anuales de 630.000 millones de euros.
El acuerdo entre ambas entidades se enmarca en este contexto. De acuerdo con Emilio Nieto, director del CNH2, “nos encontramos ante una oportunidad magnífica de colaboración y ahora es el momento idóneo para aunar esfuerzos y realizar acuerdos estratégicos que permitan sumar las capacidades de ambas organizaciones”. Iñaki San Sebastián, CEO de Tecnalia, considera por su parte que “estamos ante el deber de ayudar al tejido industrial a posicionarse de manera estratégica en el marco de la nueva economía del hidrógeno, y este acuerdo permitirá acompañar a las empresas en la consecución de dicho objetivo”.
Se trata de un paso más en la cooperación entre ambos centros, que están trabajando ya conjuntamente en diferentes proyectos de investigación, como el desarrollo de tecnologías innovadoras para el empleo del amoniaco “verde” como almacenamiento de energía a gran escala y por largos periodos de tiempo, en el proyecto europeo ARENHA.
Retos
Este acuerdo les permitirá afrontar retos como la generación de hidrógeno de bajo contenido o exento de carbono a gran escala y a un coste competitivo, el adaptar la infraestructura para transportarlo y distribuirlo desde la generación hasta el punto de uso y adaptar los procesos en los que pueda utilizarse el hidrógeno, tanto a nivel industrial como doméstico. "La consecución de estos retos permitirá alcanzar los compromisos de neutralidad en carbono de la Unión Europea para 2050, y obtener una mayor independencia energética respecto a los países productores de combustibles fósiles". destacan en un comunicado.
CNH2 y Tecnalia trabajarán en el desarrollo de soluciones innovadoras para mejorar los procesos de generación, tanto los convencionales como los relativos al hidrógeno verde. Hoy en día el hidrógeno se genera fundamentalmente a partir de combustibles fósiles, y el reto en este caso es reducir sus emisiones, utilizando, por ejemplo, tecnologías de captura, almacenamiento y uso de dióxido de carbono. Asimismo, presenta un gran interés la producción de hidrógeno “verde”, el generado a partir de la electrólisis del agua, utilizando energía de origen renovable, como la eólica y la solar, para ello.
Identificar y potenciar nuevos usos para el hidrógeno una vez generado son otros de los principales objetivos de esta colaboración, como por ejemplo, alimentar futuros vehículos de hidrógeno a través de pilas de combustible. Los últimos modelos de coches de hidrógeno tienen una autonomía de hasta 700 kilómetros y se pueden cargar en solo cinco minutos. Para el año 2030, España prevé disponer de 5.000 vehículos de estas características y una flota de 150 autobuses. Como infraestructura para ello se están planteando 100 “hidrogeneras” (el equivalente a las gasolineras actuales).
"El objetivo final de la colaboración es ayudar a nuestro tejido industrial a mejorar su competitividad, generando tecnologías y servicios avanzados que permitan generar riqueza y puestos de trabajo en sectores punteros", concluyen los dos socios.